El nuevo plan industrial aprobado este martes por el Gobierno vasco pivotará especialmente sobre la transición energética-climática como "una palanca" que generará "nuevas oportunidades" para la industria vasca. El objetivo del plan en su conjunto es, no sólo mantener el peso de la industria en la economía vasca, sino incrementarlo hasta el 40% del PIB en los próximos cuatro años -antes de la pandemia estaba sobre el 38%- y hay que tener en cuenta que el sector energético vasco y el relacionado con la producción de energía verde y la movilidad sostenible está muy bien posicionado como para constituirse en un elemento tractor del resto de la industria.
La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, señalaba ayer en la presentación de este Plan de Desarrollo Industrial e Internacionalización 2021-2024 que las previsiones para la industria en Euskadi son "buenas", y que "las oportunidades que se pueden abrir son, incluso, excelentes". Y en este punto se enmarca la identificación de esa transición energética en la que están inmersos todos los países desarrollados como un nicho de nuevas oportunidades de desarrollo industrial que el Gobierno vasco quiere potenciar.
En este sentido, el plan del Ejecutivo identifica como áreas de oportunidades claras toda la cadena de valor de la eólica offshore, donde Euskadi tiene ya empresas muy destacadas tanto en la instalación de parques eólicos o la fabricación de componentes para las instalaciones, desde Siemens Gamesa a Haizea Wind; la economía del hidrógeno, que este mismo año ha tenido un impulso muy importante con la constitución del corredor del hidrógeno liderado por Repsol-Petronor en el que el hay ya 78 empresas implicadas; y, por otra parte, la 'Y vasca del hidrógeno' de Iberdrola, con 'hidrogineras' para hacer más sostenible el transporte pesado, entre otros proyectos.
También identifica como área de oportuidad toda la industria relacionada con la movilidad sostenible, desde vehículos eléctricos, baterías, combustibles alternativos, además de una apuesta clara por la economía circular y la bioeconomía, que se considera desde hace años por el Ejecutivo vasco como un sector estratégico.
Si el nuevo sector energético verde será fundamental para el desarrollo industrial vasco en los próximos cuatro años, el plan del Gobierno identifica como otro de los ejes esenciales la transición digital, como absolutamente necesaria no sólo para las empresas, sino para el conjunto de la sociedad, y cuya impulso se ha hecho más necesario de lo que ya era antes a raíz de la experiencia de la pandemia y el confinamiento. Este área económica llevará a impulsar los negocios relacionados con la ciberseguridad, la inteligencia artificial, que forma parte ya del día día de nuestras vidas, y la computación cuántica, englobado todo ello en el camino a la industria 4.0 que el Gobierno pretende que llegue a todas las empresas, también a las pymes gracias al impulso de este plan.
El plan tiene como otros de sus ejes fundamentales la transición demográfica y la necesidad de cubrir las necesidades de una población cada vez más envejecidas mediante soluciones empresariales que constituyen también una oportunidad de desarollo. como son las relacionadas con la salud digital, la alimentación saludable, la aplicación de tecnologías de ingeniería al cuidado de la salud, etc.
En su conjunto, el plan tiene un presupuesto inicial este año de 1.642 millones de euros, aunque el Gobierno espera que se movilicen 4.106 millones de euros en los cuatro años que durará el plan. La I+D será una de las apuestas fundamentales, ya que pretende converger en Investigación y Desarollo tanto en inversión como en resultados con la media europea y hacer de Euskadi un "polo de innovación europeo", incrementar un 10% la creación de empresas tecnológicas y posicionar a Euskadi como "ecosistema tractor de startups" internacionales que colaboren con la industria local.