La larga huelga de los estibadores, que puso en jaque al Puerto de Bilbao durante 57 días a finales del año pasado, lastró mucho la actividad y los tráficos en un ejercicio especialmente duro por el impacto de la pandemia. "Nos hizo mucho daño, todavía estamos sufriendo las consecuencias de aquella situación inexplicable", señalaba este jueves Ricardo Barkala, presidente de la Autoridad Portuaria, en la presentación de los resultados del primer semestre.
El Puerto de Bilbao sufrió un fuerte daño en su imagen y su reputación como consecuencia del paro que le llevó a perder tráficos que ahora está costando recuperar. De hecho, el año pasado perdió 6 millones de toneladas de los que alrededor de 2 se calcula que fueron consecuencia directa de tráficos desviados a otros puertos por motivo del paro. "La huelga nos ha doblado", insistía Barkala ayer achacando a ese conflicto una buena parte de la lentitud en la recuperación de los niveles prepandemia, que no se consolidarán antes de que finalice este año.
El conflicto, lejos de estar cerrado y olvidado, pende como una 'espada de Damocles' sobre la recuperación del Puerto de Bilbao, según advertía el propio Barkala.
Seis meses después de que los sindicatos mayoritarios de la estiba y las empresas del sector llegaran a un principio de acuerdo para desconvocar el paro con la mediación del Ministerio de Trabajo, sigue sin firmarse un convenio para el sector en el Puerto de Bilbao, a la espera de una regulación estatal prometida, pero que no acaba de llegar y que, en lo básico, debe clarificar el modelo que debe seguir la estiba.
"El conflicto se cerró el falso y el sector sigue siendo un polvorín", señalan fuentes del sector.
La firma del acuerdo llegó a mediados del mes de enero en un documento de siete puntos, en un consenso de "de mínimos", en el que se dejaban pendientes de solución las diferencias fundamentales como la diferencia sobre las tareas complementarias.
Una cuestión que desde Bilboestiba se reclamaba liberalizar, de acuerdo a la normativa europea y de sentencias judiciales, para organizarlas fuera del convenio colectivo, mientras que los sindicatos reclamaban las inclusión de esas labores en el acuerdo marco.
Otra cuestión pendiente y que ocasionó en buena parte la huelga fue la exigencia de la incorporación de los eventuales a la plantilla. El punto quedó enunciado en el acuerdo, pero hoy por hoy, sigue sin avanzar.
"Ahora están trabajando muy bien", señalaba Barkala, que sin embargo ponía el acento en que "no se han cerrado las prometidas reformas normativas respecto a la estiba", generando inseguridad jurídica en el conjunto de los Puertos estatales.
El Gobierno de Pedro Sánchez tiene pendiente aprobar un decreto ley que permita regular el sector a nivel estatal, pero ese acuerdo no acaba de llegar, conscientes probablemente de las dificultades de que dicho decreto satisfaga por igual a los sindicatos y a las empresas del sector, muchas de las cuales piden una total liberalización y un cambio radical del modelo del sector.
"Hay un problema de fondo que es de modelo y no se vislumbra una alternativa", señalan fuentes del de las empresas, mientras desde los sindicatos lamentan que sigan sin ponerse soluciones a sus problemas y que no se acabe de firmar el quinto acuerdo marco del sector que pondría el suelo al resto de los convenios. "La falta de este acuerdo nos impide avanzar en el convenio de Bilbao", reconocen. "El conflicto se cerró en enero en falso, que es tanto como decir que no está cerrado", advierten.