El Consejo Económico y Social (CES) vasco considera que la economía vasca tiene "músculo suficiente para abordar la recuperación" tras la pandemia, aunque alerta de las carencias de las pymes vascas en I+D+i y de la alta dependencia energética del exterior, como posibles condicionantes a la rapidez de ese repunte. Además, confía en el impulso que suponga los fondos Next Generation para la economía vasca, aunque pone el foco sobre las incertidumbres que existen todavía sobre si estarán bien dirigidos y "eficazmente gestionados".
La presidenta de este organismo, Emilia Málaga, ha presentado este lunes la Memoria Socioeconómica correspondiente al año 2020, que está, como no podía ser de otra forma, completamente condicionada por la pandemia de Covid-19, que, según ha recordado, ha provocado la muerte de más de 3.000 personas en el Euskadi.
Precisamente por el impacto que ha supuesto el coronavirus, el CES aboga por abrir un debate sobre la sostenibilidad del Sistema de Protección Social de Euskadi para adaptarlo a las crecientes necesidades derivadas de la pandemia, e insta a además a los poderes públicos a poner en práctica políticas trasversales y coordinadas para abordar "el enorme desafío demográfico" al que se enfrenta Euskadi.
Málaga, acompañada del decano de la Facultad de Economía y Empresa de la UPV/EHU, Jon Barrutia, que preside la Comisión del CES encargada de realizar el trabajo presentado, ha destacado que aunque el sistema de protección social vasco mantuvo su cobertura durante el año pasado, "tensionó al máximo el sistema sanitario y desveló debilidades en el sistema de servicios sociales" por lo que ha considerado esencial "debatir sobre la sostenibilidad y equidad" de la protección social para adaptarlo a las nuevas realidades".
En el informe del organismo hace un especial hincapié en la necesidad de abordar el reto demográfico vasco por la falta de relevo intergeneracional. Algo sobre lo que ya alertaban hace unos días desde la patronal vasca, que avisaba de que en unos años, Euskadi no tendrá trabajadores para reponer las jubilaciones. En este sentido, el informe constata que los saldos migratorios positivos permitieron contrarrestar la baja natalidad, pero alerta de la necesidad de afrontar políticas que den la vuelta al descenso de población en Euskadi y que esta esté cada vez más envejecida.
En el ámbito económico, destacan que pese a la fuerte recesión que llevó a una caída del PIB del 9,5% en la CAV, destacan que "el impacto pudo haber sido peor sin la respuesta de políticas económicas que han permitido mitigar sus efectos más negativos". Entre ellos destacan la efectividad de los ERTE, que han permitido suavizar el impacto sobre el desempleo. Aunque destaca que tras este apoyo económico sin precedentes para mitigar los efectos de la crisis generada por la pandemia, se generan "muchas incógnitas a futuro", cuando desaparezca esa inyección pública. Además considera que es necesario abordar las Políticas Activas de Empleo para impulsar la recuperación del mercado de trabajo.