Euskadi ha asentado un suelo sólido para hacer frente a la crisis, con una recuperación del 93% del empleo destruido en menos de un año, aunque arrastra déficits que ya existían antes de la pandemia, como la temporalidad o la parcialidad no deseada. Así lo ha dado a conocer el viceconsejero de Empleo e Inclusión, Alfonso Gurpegui Ruiz, quien ha valorado los datos de empleo registrados en las Oficinas de los Servicios Públicos de Empleo. El consejero ha destacado la respuesta "consistente" del tejido productivo vasco antes la pandemia con un descenso de paro prácticamente continuo desde septiembre "incluso en meses que, como el verano, no suelen ser los mejores para el empleo".
En este sentido, ha hecho referencia a dos retos: recuperar el empleo perdido por la pandemia, así como avanzar en su calidad. "El primero de los retos lo estamos cumpliendo", ha afirmado. En julio el paro ha bajado en 3.157 personas, lo que sitúa el número de desempleados en 119.202, el mayor descenso en los últmos diez años, si bien supone una diferencia de 1.963 desde que se inició la crisis.
Los indicadores no ocultan, sin embargo, que la hostelería no ha conseguido recuperar la actividad previa a la pandemia, situandose las contrataciones en un 41% menor que en julio de hace dos años y las actividades recreativas y artísticas en un 32%. Asimismo, la temporalidad mantiene una alta presencia con un acumulado de contratos indefinidos a lo largo del año es un 24% superior al del año pasado. Según apuntan desde el Departamento de Empleo, siguen representando uno de cada diez, y las mujeres siguen acaparando la mayoría de los contratos parciales.
La llegada inminente de nuevos recursos procedentes de fondos europeos "debe conducir, no sólo a seguir ofreciendo oportunidades de empleo, sino a que éstas sean de calidad, inclusivas e igualitarias", ha afirmado Gurpegui.
Según ha explicado, el pasado julio el paro también descendió, justo en plena desescalada, pero lo hizo con menor intensidad, una tercera parte que ahora, unas mil personas. En esta ocasión, julio ha coincidido con la expansión de una quinta ola de la pandemia y, sin embargo, "lo que hemos visto es que el tejido productivo ha vuelto a demostrar las señales de fortaleza y la confianza".
Ha destacado el descenso en todos los territorios, y que baja entre hombres y mujeres, pero de forma más significativa entre quienes no habían tenido antes una experiencia laboral, "lo que significa que se les están presentando oportunidades". También empieza a apreciarse un descenso significativo entre las personas paradas de larga duración. "Otro dato relevante es que hay actividades, como la industrial y la construcción, donde la situación del empleo es ya idéntica a la previa a la pandemia".