Europa ha dado la voz de alerta. La crisis de los chips semiconductores que tiene paralizada la industria de la automoción en todo el continente no tiene cerca la salida del túnel. Hasta ahora, los mensajes se centraban en señalar que en los primeros meses del año 2022 se iba a regular la situación de los suministros, pero no parece que vaya a ser así. Esta misma semana, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, trasladó hasta 2023 la llegada de un escenario en el que "se normalice la situación". Hasta entonces, la crisis de estos suministros se seguirá dejando notar en uno de los sectores industriales más importantes de Euskadi que afecta a 40.000 personas. Así lo ha reconocido el cluster de la automoción del País Vasco que ha señalado que esta crisis obligará a "reconsiderar" la estrategia y el ritmo de crecimiento que se había fijado el sector de cara este año, y que preveía aumentos de la facturación en un entorno entre el 9 y el 11%, después de un 2020 de caídas del 18,5% en las ventas por el parón de la pandemia.
La fábrica más grande del País Vasco, Mercedes, verá como este año su producción se reduce a unas 125.000 furgonetas, lo que supone una producción sin precedentes en los últimos años y solo comparable con la que se alcanzó en el año del covid, cuando la pandemia obligó a parar la fabricación durante la primavera. El efecto cascada es inmediato y los proveedores han comenzado una cascada de ERTEs que afectan a importantes compañías como Gestamp, que reduce el horario de sus empleados de la planta de Abadiño otros 22 días. Otros gitantes de la automoción, como Michelin, que destina entre un 30% y un 40% de su producción de neumáticos a vehículos recién construidos, también han reconocido que su fabricación se ha visto afectada y que esperan "un final de año complicado" que también se mantendrá en el arranque de 2022.
Las fábricas de Mercedes en Alemania están paradas y Audi ha enviado a sus 10.000 trabajadores de ese país al ERTE. Mientras que en España, la fábrica de Seat de Martorell o las de Citroen y Peugeot en Galicia también están acusando esta falta de semiconductores. Según la UE, esta problemática afectará la fabricación con una disminución del 10%. En el país germano han tratado de poner remedio iniciando los trámites para instalar una fábrica de semiconductores impulsada por la multinacional Bosch. Se trata de una inciativa para no depender de los fabricantes asiáticos, pero que requerirá "al menos 18 meses" para dar sus resultados. Así lo explicaba el responsable de los mercados internos de la Comisión Europea, Thierry Breton, que, además, señalaba que estas acciones correspondían a las empresas.
En Europa se fabrican actualmente un 10% de todos los semiconductores del mundo y son, precisamente los más sencillos tecnológicamente los que más escasean. La llegada del coche eléctrico y el impulsado por baterías de hidrógeno será un elemento que, lejos de suavizar la dependencia de los semiconductores, aumentará la necesidad de estos chips que en la nueva tecnología tienen una presencia mucho mayor. Una situación para la que Breton si anunció el destino de "dinero público" para realizar inversiones importantes en los próximos meses con los fondos europeos