El Gobierno vasco ha visto como este miércoles dos nuevos organismos económicos insistían en la necesidad de revisar a la baja las previsiones de crecimiento para el 2022. A las previsiones del Banco de España, que había anunciado una rebaja del 5,9% previsto para el conjunto del país, este miércoles el BBVA ha sido más contundente al fijar en un 5,2% el crecimiento en Euskadi para el 2022. También la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ha anunciado un enfriamiento económico para el final de este año que afectará al crecimiento del que viene, situándolo en un 6%. En cualquier caso, las analistas de estas entidades corrigen el crecimiento del 6,4% del PIB que el Gobierno de Euskadi prevé en sus Cuentas para el 2022.
El departamento de Economía y Hacienda que dirige Pedro Azpiazu, se ha mostrado aún así confiado en la fortaleza de la recuperación y, condicionando la evolución al comportamiento de la crisis de los suministros y del coste energético, mantiene las previsiones para el 2022 con sensaciones positivas en este final de año. En cambio, desde el BBVA Research, solo 24 horas después de la presentación de las Cuentas del Gobierno vasco, el mensaje es mucho más escéptico con las previsiones del cierre de este año, que ha bajado al 4,5%, mientras que el Ejecutivo las tiene en un 6,7%.
El Gobierno vasco cuenta con esta recuperación para obtener en 2022 más 11.000 millones de euros de la recaudación de las diputaciones. Una cifra récord para las haciendas forales y que respondería a un comportamiento de los impuestos en un contexto de fuerte crecimiento. Es una de las apuestas para soportar el mayor Presupuesto de la historia de Euskadi con más de 1.600 millones de inversión.
El estudio justifica esta revisión a la baja en Euskadi en que la economía vasca está más condicionada que otras por problemas como la crisis de la suministros o de las exportaciones y por el mayor peso de la industria. Según explica, los problemas en el transporte internacional, en los suministros de algunos productos y el coste de la energía han roto las cadenas de valor, "dificultando la recuperación de la actividad industrial y frenando la actividad exportadora, clave para la recuperación de algunas comunidades". Hasta el punto de que el BBVA prevén para el País Vasco un comportamiento más flojo que el de la media de España. El PIB vasco crecerá un 4,6% en 2021 y del 5,2% para 2022, según los analistas de la entidad financiera, por debajo de las previsiones que esta institución maneja para el conjunto de España (5,2 y 5,5% respectivamente).
Es el mismo argumento al que recurre el Banco de España, su gobernador Pablo Hernández de Cos, anunció que por los problemas de la distribución, el suministro y el coste energético a finales de año rebajará de nuevo las previsiones de crecimiento para España, fijadas para el año que viene en un 5,9%, cinco décimas menos que las previstas para Euskadi. El mensaje de Hernández de Cos ha señalado a los problemas de la distribución, en el suministro o el coste energético como causas de este frenazo para la economía. En el caso de la luz ha llegado a señalar que el aumento de un 10% del precio de la luz sobre el cliente final puede suponer una merma de tres décimas en el crecimiento en dos o tres años.
Retraso en los fondos europeos
El BBVA Research señala que otra de las causas que le ha llevado a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento es el retraso que acumulan los fondos europeos. Una prolongación que están aplazando inversiones anunciadas y con las que se contaba para la creación de empleo y empuje a la economía.