El Superior de Justicia del País Vasco sí da la razón, en esta ocasión, al Gobierno vasco y mantiene la suspensión de comer y beber, salvo agua, en las salas de cine. La sala que preside el juez Garrido considera que la argumentación en la que se basan los cines apuntando a los perjuicios económicos que le ocasionan estas restricciones, no son suficientes para aprobar las medidas cautelares. Las salas basaban su demanda en la imposibilidad del Gobierno vasco de hacer frente a las indemnizaciones que ellos van a necesitar.
Critican también que el informe sobre efectos económicos de esa medidas presentado por los recurrentes lo han realizado ellos mismos sin aportar la base documental y criterios metodológicos que los sustentan, "por lo que no resulta posible atribuirles en este momento el valor probatorio pretendido, al tratarse de meras estimaciones".
La Asociación de salas de cine de Euskadi y de la Federación de Cines de España argumentaron en su solicitud que el mantenimiento en vigor de la medida ocasionará perjuicios por importe de 27.432 euros al día. "Es importante recordar que esta actividad supone de promedio el 30 % de los beneficios de los cines vascos, aunque en algunos de ellos llega al 45 %", por lo que se trata de una restricción que "amenaza gravemente la supervivencia de muchas salas si se prolonga en el tiempo", apuntaban las salas de cine.
Ambas asociaciones incidían en que si el argumento para prohibir el consumo en el interior de las salas es la apelación al uso de la mascarilla éste "debería aplicarse también en txokos, sociedades gastronómicas, comedores escolares y espacios para comer de los centros de trabajo, donde se consumen alimentos y bebidas sin obligación de respetar la distancia de 1,5 metros".
Las salas de cine advertían también, entre otros argumentos, de que "no existe situación de riesgo inminente y grave que justifique las restricciones" de la orden del Gobierno Vasco, al tiempo que consideran "absolutamente insuficientes" las ayudas de 200.000 euros anunciadas por el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco para paliar la caída de espectadores a sus negocios como consecuencia de la pandemia y las medidas restrictivas.
Por su parte, el Gobierno vasco argumentó que los daños económicos que se puedan llegar a causar son "perfectamente reparables" y que no ha desaparecido el interés público que se protege con esa medida, ya que su objetivo es que el uso de la mascarilla sea continuado en las salas de cine.