El sector de la construcción mueve ficha ante el aumento de los costes registrados durante todo el año y agudizados en los últimos meses con la crisis de suministros global. Según ha podido saber Crónica Vasca, varias promotoras ya están incluyendo en los contratos de compra sobre plano claúsulas que permiten subir el precio final de las viviendas en función de cómo evolucionen los costes de producción. Una indexación que previsiblemente provocará una subida del precio y que se está convirtiendo ya en el refugio de algunas compañías del sector.
En el caso de Bizkaia, el secretario general de la Asociación de Constructores y Promotores de ese territorio (Ascobi), Iñaki Urresti ha reconocido ya son varias las empresas que están incluyendo estas claúsulas en el territorio. El movimiento, según explica, llega después de un encarecimiento del coste de las materias primas "del 50%, 70% y hasta 200%" en algunos materiales como el PVC, los aceros corrugados o la madera.
La situación, aclara Urresti, viene produciéndose desde "hace siete u ocho meses", aunque se ha agravado en las últimas semanas. El encarecimiento hace al sector afrontar un momento de "incertidumbre" en el que algunas promotoras ya están recurriendo a este mecanismo de indexación como "una salvaguarda" ante un encarecimiento que debería ser coyuntural pero sobre el que pesa la imposibilidad de saber durante cuánto tiempo se extenderá.
Una salvaguarda que puede tener su afección en el consumo: hasta ahora la demanda de vivienda viene creciendo a muy buen ritmo en Euskadi, pero el sector reconoce que no sabe adivinar hacia dónde se encamina la compraventa de inmuebles. Así lo reconoce Iñigo Garikoetxea, director general de la inmobiliaria Araxes: él "no pondría la mano en el fuego por ningún escenario futuro en el sector". En el caso de esta agencia donostiarra el encarecimiento no se ha percibido demasiado porque se trabaja, fundamentalmente, con viviendas ya construidas o rehabilitadas. Hasta ahora se había registrado una "tendencia alcista" aunque el mercado se mantenía estable, pero resulta difícil dirimir el futuro del sector.
La introducción de estos sistemas de demanda también podría transladarse a la banca hipotecaria que deberá lidiar con ese encarecimiento a la hora de conceder hipotecas o pólizas de crédito previas a que las promotoras concluyan las construcciones y sepan cuál es el coste final y real de la promoción con las materias primas ya empleadas.
Falta personal
La crisis de demanda se junta en este sector con un factor específico de la construcción: la falta de mano de obra. Un problema que, reconoce el propio Urresti, "es estructural" y al que le pone cara el centro de Ciclos Formativos de Alto Rendimiento EAGI. La directora de esta escuela de FP ubicada en Lasarte-Oria es Lidia Acerreca. Allí, nos indica, "la bolsa de trabajo está vacía": "el alumno que termina el ciclo sale con trabajo" ante la falta de un relevo generacional que reconocen tanto Acerreca como Urresti y sobre el que ambos coinciden a la hora de señalar a la crisis inmobiliaria de 2008 como causante.
Las empresas que están acudiendo a este centro guipuzcoano buscando mano de obra se han multiplicado de un tiempo a esta parte y el escaso interés que había antes por este tipo de formación ha crecido: de los tres ciclos formativos que oferta esta escuela de FP, dos han cubierto todas las plazas ofertadas y un tercero sólo tiene dos huecos libres. En EAGI también están notando el encarecimiento de los precios pese a que las materias primas que ellos compran es la justa y necesaria para cubrir las prácticas de los alumnos en el centro: la grava cuesta un 20% más y los productos que menos han subido —el ladrillo, por ejemplo— lo ha hecho en un 5%.
A la mano de obra y el sobrecoste del sector se añade un tercer problema: a las constructoras les está costando hasta encontrar herramientas y maquinaria para trabajar. Por el momento, las construcciones no se están parando pero, según reconocía Urresti, "sí se están dando retrasos y ampliaciones de licencias de obras".