En un 2021 de recaudación récord para las tres diputaciones vascas, con más de 1.700 millones más de recaudación sobre lo previsto, los ayuntamientos vascos registraron en su conjunto un déficit de 93,8 millones de euros. Así se desprende de los datos ofrecidos por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF),  en su observatorio de información económico-financiera de las corporaciones locales. Según las cifras recabadas por Crónica Vasca, el balance entre 238 de los 251 municipios vascos —hay trece, entre ellos Irun, que no ofrecen datos actualizados— deja un déficit de 93.804.000 euros entre todas las cuentas municipales.

Y es que en un año en el que las reglas de estabilidad presupuestaria estaban fuera de juego, los ayuntamientos vascos han optado aun así mayoritariamente por cerrar sus balances con números verdes o negros, pero quienes lo han hecho en números rojos lo han hecho en abundancia. Vitoria fue la ciudad vasca que más se endeudó en 2021 —aunque el dato de la capital no ha sido ofrecido a la AIReF y ha habido que recurrir al balance provisional emitido por el propio Ayuntamiento para disponer de un dato de esta localidad—, con un total de 38 millones de euros. Junto a ella, el podio del endeudamiento municipal lo completan Bilbao, que cerró sus cuentas con más de 25 millones de euros en su deber, y Lasarte-Oria, que clausuró sus cuentas de 2021 con un déficit de 12 millones.

199 de los 238 consistorios analizados por este diario cerraron sus cuentas en números verdes o negros... y la tercera capital vasca, San Sebastián, optó por cuadrar sus cuentas en 2021. El equipo de Eneko Goia gastó los mismos 338 millones que ingresaron las arcas públicas donostiarras. Tras las capitales, las siguientes ciudades en población, Barakaldo y Getxo, también presentan déficit en sus cuentas: de 3,59 y 4,25 millones, respectivamente. Irun aún no tiene cerrados los datos de sus cuentas y entre la tendencia a los números rojos de los grandes ayuntamientos destaca, junto a San Sebastián, Santurtzi, que fue la ciudad vasca que más ahorró según la AIReF, con un superávit de casi 2 millones y medio de euros.

Así, pese a que las reglas de estabilidad presupuestaria no estaban en vigor ni en 2020 ni en 2021, muchas localidades no han encontrado formas de canalizar la inversión pública que este año podían permitirse a excepción de los grandes ayuntamientos, donde, pese a todo, el criterio de gasto no ha sido compartido por todos. Municipios medianos como Amurrio, Tolosa o Trapagaran predominan entre los más ahorradores, aunque fueron 111 las localidades que clausuraron sus cuentas en números verdes.