La gestión de la Seguridad Social, tener un sistema de pensiones propio, controlar en Euskadi las cotizaciones de trabajadores y empresas vascas, es una aspiración histórica del PNV que toma de nuevo forma tras conseguir la transferencia íntegra del IMV, después de meses de tira y afloja con el Ministerio de José Luis Escrivá.
El vicelehendakari Josu Erkoreka no ocultó a la hora de valorar el acuerdo que los nacionalistas ven en la consecución de este traspaso en las condiciones que ellos habían marcado, íntegra y sin límite de tiempo, un camino para conseguir otras transferencias que están relacionadas con la Seguridad Social.
Se ha demostrado que la Seguridad Social "no es un bloque monolítico", aseguraba Erkoreka, por lo que se abre el "camino a otras posibles transferencias que tienen que ver con la Seguridad Social".
Erkoreka concedía así una importante carga simbólica al traspaso y reabría así de nuevo el melón de la caja única de la Seguridad Social y la polémica sobre si puede romperse o no.
Un clásico en el temario de las transferencias, que en realidad nunca ha dejado de estar presente en la lista de reivindicaciones de traspasos pendientes del Estatuto según la interpretación del nacionalismo. Algo que lleva décadas de la negociación de transferencias chocando con los Gobiernos centrales, hayan estado capitaneados por el PP o por el PSOE. Y, de momento, parece que seguirán chocando.
De hecho, el mismo día que Josu Erkoreka hablaba de que que se demostraba que la Seguridad Social no era algo "monolítico", ni de carácter indisoluble, la vicelendakari segunda, la socialista Idoia Mendia, que dirige el departamento que gestionará el IMV, que supondrá 187 millones que se descontarán vía cupo, se apresuraba a restar el simbolismo al traspaso descartado que "rompa la caja única de la Seguridad Social".
Sin embargo, el PNV tiene claro que ha quedado demostrado que la Seguridad Social no es indisoluble. "Teníamos razón quienes decíamos que la Constitución y el Estatuto permiten hacer efectivas transferencias en algunos aspectos de la Seguridad Social", reiteraba Erkoreka.
Lo cierto es que pese a que se ha conseguido cerrar el acuerdo, ha sido uno de los más complicados y augura que el próximo del mismo nivel que queda pendiente, la gestión económica de la Seguridad Social será todavía más difícil de cerrar.
De entrada, hay que tener en cuenta que en estos momentos el PSOE precisa del acuerdo del PNV en Congreso de los Diputados. No hay más que ver las dificultades que tuvo el Gobierno para sacar adelante la reforma laboral por no tener a su favor a sus socios de investidura, incluido el PNV. Y aún así se han necesitado meses de tiras y afloja con el ministerio, pese a que los socialistas vascos también exigían una transferencia íntegra.
Así que una negociación de la transferencia de la gestión económica de la Seguridad social con otro juego de mayorías en el Congreso multiplicaría las dificultades de acuerdo.
De entrada el PNV ha conseguido que el Gobierno de Sánchez incluya esta transferencia en el cronograma de las pendientes, En principio estaba prevista para que pudiera materizalizarse este mismo año, pero teniendo en cuenta que la pandemia y otras variables políticas han ido retrasando todas las transferencias es difícil pensar que pueda ultimarse este año.
Además, por ser altamente complicada requiere de un estudio preliminar que determine las materias a transferir sin que ello suponga una ruptura de la caja única de la que salen por ejemplo, pensiones o cotizaciones por desempleo.