La flota vasca de bajura recupera el ritmo de actividad tras la huelga de transportistas por la que los arrantzales estuvieron casi un mes sin salir a navegar en marzo. Las campañas del verdel y la anchoa quedaron suspendidas en un mar de dudas sobre sí cumplirían con las cuotas. Ahora el ritmo de trabajo “se desarrolla con normalidad”, asegura Miren Garmendia, directora de Opegui.
La pesca de anchoa y verdel es estacional. Así, actualmente la campaña de la anchoa se encuentra al 60% y los arrantzales aún tienen un par de meses por delante para continuar con la faena y cumplir con la cuota. En lo que al verdel respecta, la flota de cerco está a punto de completar su cuota, mientras que la de anzuelo juega con menos margen. Los peces cada vez se alejan más y escapan al alcance de los barcos, por lo que “hasta que no finalice la campaña no se podrá sacar conclusiones”, apunta la directora de Opegui.
El pasado 28 de marzo, la flota vasca volvió a navegar tras la decisión de la Federación de Cofradías Pescadores de Gipuzkoa y la de Bizkaia. La situación era “insostenible” para los arrantzales que, tal y como advierte Garmendia, “si no trabajan, no ingresan”. Los pescadores vascos partieron al mar a pesar de que la huelga de transportistas continuaba en pie.
Cinco días después, el pasado 2 de abril, la Plataforma para la Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional hizo pública la suspensión “temporal” de los paros de transportistas.
Por ello, las más de tres semanas sin navegar propiciaron las dudas que flotan hoy en torno a la actual campaña de bajura, las cuales no permiten “garantizar” que se complete la cuota de verdel de anzuelo.
En busca de ayudas
Además de las cuotas, el sector pesquero vasco se enfrenta, como el resto de sectores, a la inflación de precios. "Lo que mayor impacto tiene es el precio del gasoil", apunta Garmendia, y explica que es el mayor gasto que afronta ahora mismo la flota vasca.
El sector se encuentra gestionando "las ayudas prometidas". Todo con el fin de mitigar las consecuencias que ha acarreado la huelga de transportistas así como la inflación del precio de las energías. Ya cuentan con el descuento de los 20 céntimos a la hora de repostar en surtidores, pero persiguen el objetivo de optar a ayudas nacionales, para las cuales se encuentran en proceso de "gestión".