El banco BBVA ha analizado en Bilbao los cambios en pensiones impulsados por el Gobierno de Pedro Sánchez. La entidad se ha mostrado crítica con la recuperación del IPC como mecanismo revalorizador y con la supresión del factor de sostenibilidad, sin que las vías para dar entrada a más recursos a las arcas de la Seguridad Social vayan a ser suficientes para dotar al sistema de viabilidad. "El sistema se vuelve todavía más insostenible", ha dicho José Antonio Herce, experto en el área de pensiones.
La entidad que preside Carlos Torres alza la voz de esta forma sumándose a las advertencias que, en un discurso más diplomático, viene lanzando la Comisión Europea respecto a los riesgos a futuro que genera vincular pensiones e inflación. En la jornada organizada junto a Deusto Business Alumni y Expansión se ha hecho un repaso de la situación en que queda el sistema de pensiones de España con los cambios, algunos ya aprobados y otros pendientes de concreción, en general en un tono de preocupación por el futuro de la Seguridad Social.
"Hemos hecho más insostenible el sistema", ha dicho Herce en relación a la recuperación del IPC como mecanismo de revalorización, y ha criticado sobre este punto que es además "discrecional" porque las pensiones no se reducen en caso de inflación negativa. En ese sentido el banco propone un pacto de rentas, como se plantea en otros ámbitos, que permita "distribuir el shock" de la inflación sobre el sistema. Por otro lado, Herce ha advetido de que "retrocedemos en viabilidad" también con la supresión del factor de sostenibilidad (el mecanismo de ajuste anterior para reducir las nuevas pensiones en función del aumento de la esperanza de vida) y se ha mostrado escéptico también sobre la capacidad de reducir gasto de la reforma.
Herce ha advertido de que "hay que ser muy drástico" con las penalizaciones para lograr desincentivar las jubilaciones anticipadas y sobre la ampliación a 35 años de carrera laboral para calcular la pensión ha puesto el foco en "la galleta" que se podría a ofrecer a los sindicatos para lograr su apoyo permitiendo que el trabajador elija los mejores años cotizados. "Para eso prefiero quedarme con los últimos 25", ha dicho.
El desajuste, al 6%
Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico, ha advertido de que la descompensación entre ingresos y gastos se va a disparar en los próximos años. Si ahora las pensiones requieren una inyección extra anual de entre el 2 y el 2,5% del PIB (27.000 millones de euros el año pasado), en dos décadas la reforma haría impulsar ese desvío hasta el entorno del 6%. Ahí Doménech ha hecho hincapié en que la cifra exacta dependerá de cómo se regule finalmente el tema de la carrera laboral para calcular la pensión, pudiendo acomodarse más hacia el 5% o, en el peor de los casos, dispararse por encima del 6%.
"Son cifras muy significativas", ha insistido Doménech, y en ese sentido ha recordado que cada punto de desajuste son miles de millones de sobrecoste anual que deben sufragarse con impuestos. Y tanto Herce como Doménech han planteado alternativas a esta reforma fundamentalmente a través de sistemas de pensiones europeos como el de Suecia, Holanda o Dinamarca, y han insistido en que las generaciones más jóvenes necesitarán planes privados, "con 300, 400 ó 500 euros de aportación", para "tener una pensión suficiente". "España es una anomalía en Europa", han señalado.