En 2021 no hubo campaña de la renta más polémica que la de Bizkaia. El fisco vizcaíno apostó por un modelo íntegramente digital que dejó carencias como cartas a difuntos en un sistema digital que hizo a la Hacienda foral recular y volver al modelo mixto, mezclando lo digital con la presencialidad. Este año, sin embargo, las quejas mayoritarias sobre la campaña de la Renta proceden del fisco alavés. Trabajadores de la campaña de Álava denuncian una mala organización por parte de la Diputación durante este año, a la que se refieren como un "caos". Así lo atestiguan empleados que han preferido guardar el anonimato ante este periódico y que, pese a todo, matizan que "no todo ha sido culpa del ente foral".
Por ejemplo, la huelga realizada en Correos a comienzos de junio tampoco contribuyó a que llegasen en tiempo y formas cientos de cartas con el borrador de la renta fácil, el mecanismo habilitado por el fisco alavés para consultar el borrador elaborado por el Gobierno foral antes de aceptar o revisar la propuesta tributaria de Álava para sus ciudadanos. Sin embargo, sí la brecha digital abierta con el modelo online, que solo permitía consultar la renta mediante certificados digitales como Bak o Bakq, los sistemas habilitados por Izenpe, la sociedad de certificados impulsada por los entes públicos responsables de la informática del Gobierno vasco y las tres diputaciones: EJIE, Lantik, Izfe y CCASA. La opción resultaba absolutamente inaccesible para los contribuyentes más mayores, que han tenido que recurrir a sus hijos o conocidos cuando no han llamado al teléfono habilitado por la Diputación para resolver dudas o directamente han acudido a las oficinas de la Hacienda foral para pedir ayuda con los certificados digitales.
Sin embargo, los problemas de la renta no acaban ahí según los trabajadores. A la brecha digital se ha sumado una "avalancha de citas" que han hecho que oficinas como la de Vitoria hayan tenido que lidiar con centenares de citas diarias -"más de mil" según los empleados- y el traslado de las oficinas de la Hacienda foral en Llodio durante los días de campaña, que paralizó allí la actividad durante dos días e hizo, según los empleados, que se llegase a derivar a personas desde la segunda ciudad más importante de Álava a la capital del territorio. Fuentes del Gobierno foral aseguran que el fisco alavés no tiene constancia de ninguno de estos problemas. De hecho, desde la Diputación aseguran que el millar de citas se habría alcanzado entre las tres oficinas de Vitoria, Llodio y Laguardia y se sostiene que "con la apertura de las nuevas oficinas en Llodio, se reforzó la atención con dos nuevos técnicos liquidadores" y eso permitió ampliar citas, "recuperar el ritmo y atender a todo el que así lo solicitó en Llodio".
Otro de los problemas que aducen los trabajadores es que las cartas enviadas por el ente foral daban de plazo hasta el día 10 de junio para pedir los borradores y consultarlos, cuando la realidad es que desde ese día los sistemas informáticos contaban cinco días hábiles y no naturales para poder solicitar una cita con la que modificar la propuesta tributaria del fisco alavés, lo que hacía que el sistema no permitiese solicitar cita a quienes apuraron hasta el día 10 para pedir que se le mandasen por envío postal el borrador, ya que contaban con los días teóricamente suficientes para consultar la propuesta y pedir citas que se irían hasta el día 17, dos días pasado el plazo para modificar la declaración de la renta. "El plazo para dar citas es hasta el 15 de junio", subrayan fuentes del entorno foral que aclaran aun así que "cuestión distinta es que, habida cuenta de que quedaban citas libres, se ha primado la atención al contribuyente dando cita a pesar de haberse solicitado fuera del plazo".