En un año donde los peajes siguen avanzando por Euskadi para el tráfico pesado, las dos autopistas vascas más consolidadas, la AP-8 y la AP-1 han resultado ser las peor valoradas por los conductores españoles. Así lo ha dado a conocer la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en una encuesta realizada a 1.259 conductores a los que se les ha preguntado por las condiciones de 29 autopistas y autovías de todo el país para que califiquen del 1 al 10 aspectos como las condiciones del asfalto, la señalización, la seguridad o la cantidad de obras.
El peor resultado lo obtiene la AP-8, con un 5,7 sobre 10 por el excesivo flujo de tráfico en una vía que va de Bilbao a Irun -al que se le da la nota más baja en este apartado de todas las autovías y autopistas- y las continuas obras, además de la escasa seguridad en las curvas. Le sigue la AP-1 con una décima más: 5,8 sobre 10. A la autopista que une Irun con Vitoria se le afea la presencia de obras y el escaso número de áreas de servicio, apartados en los que obtiene la nota más baja de todas las autopistas valoradas. A ello se suma el alto flujo de tráfico y el mal diseño de las entradas y salidas.
Ya con un 6 sobre 10 figuran la A-49 (Sevilla-Portugal) y la A-7 (Algeciras-Almería), y con un 6,1 les siguen la AP-9 (Ferrol-Portugal) y la A-52 (Benavente-Vigo). Los datos recogidos para las vías locales, urbanas y provinciales, son incluso peores, con una valoración media que ronda el 6 sobre 10. La OCU concluye que esta encuesta pone de manifiesto la necesidad de aumentar la inversión en carreteras, ya que aunque año pasado aumentó "de manera significativa el gasto en su conservación y mantenimiento, aún está lejos de las cifras de los países de nuestro entorno y acumula un elevado déficit histórico".