La subida del precio de la energía o de los alimentos está provocando que los vascos cada vez puedan ahorrar menos. Así lo señala el último informe de pobreza de la Encuesta de Necesidades Sociales 2022, del que se desprende que, si bien la mayoría de la ciudadanía vasca se siente en una situación de “bienestar económico”, cada vez son más los que, en caso de imprevisto, no tendrían dinero para afrontar el gasto. 

Según se recoge en el estudio, el conjunto de la población en completo bienestar o casi completo alcanza en Euskadi un 75,3%, mientras que el 4% de la población vasca se encuentra en situación de pobreza real. Porcentaje que ha decrecido del 5,3% hasta el 4% en los últimos diez años, hasta situarse por primera vez en una década por debajo de 5%; y que coloca a Euskadi -con dos puntos por debajo de la media europea- como la segunda comunidad con los índices más bajos, por detrás de Navarra.

El aumento del coste de la vida, la subida del Euribor y otras variables cotidianas afectan a la percepción del mínimo necesario para una vida digna, es decir, a la percepción de vivir en ausencia de bienestar. Por ello, este indicador, aun mejorando los datos de hace dos años, sigue reflejando el porcentaje de personas que no pueden permitirse actividades o bienes considerados normales en nuestra sociedad. 

Si bien se estima que el 4% de la población vasca se encuentra en situación de pobreza real, el porcentaje de población que tiene una percepción subjetiva de ello es inferior: Solo un 2,4% de la población se considera pobre o muy pobre. Cifra que llegaba al 3% hace diez años y al 2,8% en 2020, y que alcanza un 7,3% si los vascos tienen en cuenta únicamente sus ingresos. 

Ha aumentado, además, el número de vascos que no tiene capacidad de ahorro frente a gastos imprevistos en solo dos años, al pasar del 16,3% en 2020 al 19,2% en 2022; así como la población que ha pasado frío en casa en el último invierno, del 6,9% al 8,2%.

Disminuye la pobreza en los tres territorios vascos

Los porcentajes de pobreza han disminuido en todos los grupos, siendo más notable entre las personas de origen extranjero, cuya tasa se ha reducido en 14,2 puntos (19,9%). Entre las personas nacidas en España, la reducción es menor, de un 2,1%.

Además, la reducción de la pobreza ha sido mayor en los tramos de edad más jóvenes y menor en los grupos mayores. Sin embargo, el colectivo de personas entre 55 y 64 años es el único que no ha mejorado, con un aumento de 0,2 puntos, situándose en apenas un 3,3%. 

La distribución geográfica de la pobreza se ha mantenido similar a años anteriores. Álava registra la mayor mejora de los resultados, los más positivos de los últimos años, con una rebaja de 2,2 puntos porcentuales con respecto al ejercicio anterior. Bizkaia se situaría en segundo lugar de reducción de pobreza de 1,5 puntos y Gipuzkoa sería el tercero con una disminución de 1,4 puntos.