Que Euskadi, con el 63,5% de su parque de viviendas edificado hace más de 40 años, cuenta con uno de los parques de vivienda más antiguos de España es un hecho conocido. Que la mayoría de estas viviendas tienen una calificación energética inferior a D, también.
Bruselas ha sido ahora quien se ha puesto las pilas en su carrera por conseguir que todos los países y regiones de la Unión Europea tengan un consumo de energía casi nulo, y lo ha hecho estipulando que para 2030 todas las viviendas existentes deberán tener una calificación energética mínima E para que estas puedan ser vendidas o alquiladas. Calificación que en menos de diez años, 2033, deberá pasar como mínimo a D y que conlleva una importante inversión por parte de todos los Gobiernos afectados.
En esta línea y según estas condiciones fijadas para un plazo máximo de 10 años, Euskadi es la comunidad autónoma con mayor porcentaje de viviendas, un 93,7%, que no podrían venderse ni alquilarse a partir de 2033 si no mejoran la eficiencia energética. Y es que según un análisis de Areizaga Inmobiliaria con datos extraídos del Catastro, sus tres territorios, Bizkaia, Gipuzkoa y Álava, encabezan los peores resultados de certificados energéticos a nivel nacional, con un 94,6%, 91% y 90,6% del parque de viviendas con certificaciones E, F o G -las mínimas-, respectivamente.
¿Influye la antigüedad de la vivienda?
La eficiencia energética de un hogar valora el consumo de energía necesario para cubrir las necesidades de sus inquilinos como climatización, agua caliente y luz. Esto se hace a través de una escala que mide dicha eficiencia con siete valores diferentes, que van desde la A hasta la G. De modo que una vivienda eficiente con clasificación energética A consume, según los expertos, hasta un 90% menos de energía que una con la clasificación G.
Esta escala refleja que del casi millón de viviendas que hay en Euskadi a día de hoy, 997.050 según los últimos datos, más de 934.235 no superarían la regla de la UE de tener una calificación igual o superior a la D y, por tanto, no podrían ser vendidas o alquiladas. Algo que, si bien influyen diferentes factores, estaría directamente relacionado con la antigüedad del parque de viviendas vasco, ya que aunque Barcelona es la ciudad con el parque inmobiliario más antiguo, que se construyó de media en 1945, a ella le siguen dos capitales vascas: San Sebastián (1964) y Bilbao (1969).
España, a la cola en eficiencia energética
Aunque en Euskadi esta problemática es especialmente aguda, esta se da por lo general en todos los territorios. Y es que el parque inmobiliario español tiene, de media, 45 años y se encuentra en la parte baja del ranking europeo de eficiencia energética, con una valoración media de E. Es más, el 84,9% de las viviendas en España no podrán ser vendidas ni alquiladas a partir de 2033 si los propietarios no realizan las reformas necesarias para mejorar la eficiencia energética.
Esto refleja que solo el 15,1% de las viviendas en España posee una certificación energética adecuada, según Bruselas, para poder ser vendidas o alquiladas en 2033 en su estado actual. Por lo tanto, con aproximadamente 68,5 millones de viviendas en España, se estima que al menos 58 millones requerirán reformas para mejorar su eficiencia energética si desean estar disponibles para la venta o el alquiler dentro de diez años.
Más del 67,6% de las viviendas tienen una antigüedad superior a 23 años, y más del 36,2% tienen más de 43 años, datos que destacan la urgencia de una actualización significativa del mercado inmobiliario nacional. Así como el vasco, porque el reloj corre en su contra y Bruselas ya ha puesto fecha límite con el propósito de lograr la neutralidad climática para el año 2050.