Se confirma un inicio de año pobre para la recaudación tributaria en Euskadi, que pierde un 1,3% de ingresos hasta abril. Es cierto que la caída, atribuible básicamente a Bizkaia, presenta muchos matices pero aun así el dato refleja el nuevo escenario en el que han entrado las arcas públicas vascas, mucho menos alegre que el de los ejercicios postpandemia.

La propia hacienda vizcaína remarca que el bajón en el territorio de los primeros cuatro meses tiene mucho de coyuntural, unas variaciones respecto a 2023 (adelanto de la campaña de la renta o devolución a mutualistas) sin las que la recaudación habría repuntado un 4%. Con todo, incluso el dato 'magro' sin esas excepcionalidades de la principal hacienda del País Vasco estaría por debajo de la media del avance de los ingresos estimada en el último Consejo Vasco de Finanzas (5%).

Por debajo de ese listón está de momento Álava mientras que Gipuzkoa comienza el año con más soltura, casi en el 7%. El dato de cierre de abril, con todo, es demasiado prematuro como para hacer una estimación real para todo el año. Suele ser el balance de agosto el que da una primera señal clara a Gobierno vasco y diputaciones de cara a elaborar las previsiones finales que enviarán al consejo de finanzas de octubre.

Aun así, el arranque de 2024 da algunas pistas sobre la dirección que va a seguir la recaudación o, al menos, una ecuación muy general sobre las posibilidades que hay de continuar la racha triunfal de los ingresos tributarios. Y lo cierto es que todo apunta a que, aunque haya otro récord en camino, el repunte va a ser más corto que en los últimos tres ejercicios.

Hacienda de Bizkaia durante la pandemia / EP

Crecimiento tras la pandemia

Euskadi viene de crecer a nivel de ingresos vía impuestos un 14% en 2021 (por el efecto rebote tras el parón de la pandemia), un 7,3% en 2022 y un 6,3% en 2023. La concatenación de récord sitúa ya el volumen obtenido por algunas figuras tributarias, como el IRPF o el IVA, casi en el doble del dinero que eran capaces de recabar en los inicios de la crisis de 2008.

Y este año esos dos grandes tractores apuntan a un balance más escaso, sobre todo en el caso de Bizkaia, que presenta un tímido repunte de apenas unas décimas en el IRPF hasta abril. Álava y Gipuzkoa, en cambio, sí logran mejoras más sólidas en el caso del impuesto sobre la renta pese a las devoluciones a los mutualistas. El principal impuesto que grava el consumo, el IVA, solo resiste en Álava, con caídas en los otros dos territorios combinadas con descensos también en la recaudación por hidrocarburos.

Torre Iberdrola en Bilbao / GETTY IMAGES

En ese contexto emerge como figura impositiva más saludable Sociedades impulsado por los beneficios millonarios que cosecharon el pasado ejercicio muchas compañías. El repunte más tímido es el de Álava, apenas un 3% más, mientras que Gipuzkoa ingresa por esta vía un 28% más y en Bizkaia el impuesto crece un destacable 52%, más de 100 millones por encima del pasado curso. Es la nota positiva de un dibujo general con luces y sombras condicionado por un escenario de pérdida de ritmo de ciertos sectores que todo apunta se trasladará a las arcas de las instituciones vascas.