El actual lehendakari, Imanol Pradales, ya avisó al inicio de su legislatura que, junto a Osakidetza, la situación de la vivienda será uno de los puntos más a tratar en estos próximos años. El alto coste de los pisos obliga a los más jóvenes a vivir en alquiler, una opción que cada vez es más costosa y que dificulta cada vez más a los vascos. En un estudio ofrecido por el sindicato ELA, el 81% de los vascos que viven de alquiler lo hacen porque no pueden permitirse una vivienda o están de forma temporal hasta que puedan hacerlo.
Donostia, una vez más, es la ciudad con el precio medio más alto de Euskadi en este aspecto: 1.376 euros mensuales. Le sigue Bilbao, con 1.136, y por último Vitoria con 912. Todo ello, eso sí, teniendo como referencia un piso de 80 metros cuadrados. El sindicato vasco, como cada año, ha presentado un informe donde analiza el impacto de las zonas tensionadas en el precio de la vivienda de alquiler, proponiendo una serie de medidas al respecto.
ELA denuncia que estas medidas están propiciando "un trasvase de dinero público a las empresas constructoras y a la clase rentista"
El estudio concluye que las escasas medidas políticas para limitar el precio de los alquileres "dejan muchísimas puertas abiertas para que el mercado siga campando a sus anchas, lucrándose a costa de un derecho que debiera ser universal". En este sentido, el sindicato denuncia que estas medidas lo que de verdad están propiciando son "un trasvase de dinero público a las empresas constructoras y a la clase rentista".
Anuncio de piso de alquiler/EFE
Los jóvenes destinan el 50% de sus ingresos
ELA, que ya consideró insuficiente la Ley estatal de Vivienda aprobada en 2023, pide que las medidas se modifiquen, dado que el 72% de los vascos, a día de hoy, no puede costearse un piso y la única opción que tiene es la de vivir de alquiler. En ese punto, además, destacan los más jóvenes, que debe destinar al alquiler la mitad de sus ingresos cada mes (56% en el caso de las mujeres).
El 72% de los vascos, a día de hoy, no puede costearse un piso y la única opción que tiene es la de vivir de alquiler
Dejan en manos de la comunidad autónoma la definición de las zonas tensionadas, con el resultado de que el Gobierno vasco recurrió la ley, lo que va en dirección contraria a la reivindicación de decidir aquí para tener más derechos y vivir mejor.