A las puertas de una reforma en los tres sistemas fiscales de Euskadi, es buen momento para valorar cómo han evolucionado los ingresos en la última fase de crecimiento económico una vez superada la crisis del 'ladrillo' hace algo más de una década.
Si se toma como referencia el 'suelo' recaudatorio de 2012, con la previsión del año que viene en la mano las tres haciendas vascas habrán elevado más del 70% sus ingresos totales, con impuestos como el IVA, el pilar sobre el que se cimenta el nuevo escenario junto a las retenciones de IRPF, cerca de doblar su aportación.
Los 19.700 millones que según la previsión oficial fijada en el último Consejo Vasco de Finanzas entrarán a las arcas vascas vía impuestos en 2025, además de suponer un récord histórico, normalizan la dinámica al alza de la recaudación tras el bache de este año (el único tropiezo anterior es el de la pandemia), muy condicionado por las devoluciones millonarias a los mutualistas.
El próximo será además un año clave para la reforma fiscal, en el que por fin están previstos cambios tras la última modificación pactada por PNV y PSE junto al PP a finales de 2017 con una rebaja de Sociedades como argumento principal.
Búsqueda de acuerdos
La correlación de fuerzas políticas allana el camino a las juntas vizcaínas, donde PNV y PSE tienen mayoría absoluta, mientras que los máximos dirigentes de Álava y Gipuzkoa, Ramiro González y Eider Mendoza, aseguran que buscarán acuerdos con otras formaciones. El impacto previsto en los ingresos de 2025 será, eso sí, limitado, con un avance en términos comparables cercano al 4%, por debajo del incremento de 2023.
Precisamente recoger la evolución de la recaudación desde el mínimo de 2012 permite incluir en la ecuación el 'colorido' panorama institucional en Euskadi en el tramo 2011-2015, con Bildu en el gobierno de Gipuzkoa y el PP en el de Álava (parte de ese periodo coincidió además con el mandato del socialista Patxi López al frente de Lakua).
Ahora a ambos lados de la oposición, un hipotético concurso de PP o Bildu en la inminente reforma será un indicio de en qué sentido se pretende hacer circular la política fiscal. El sindicato ELA ya ha afirmado, tras darse a conocer las cifras recaudatorias previstas, que los cambios "mantendrán privilegios a beneficios empresariales y capital" y situarán la mayor parte de la carga en salarios e IVA.
Recuperación más rápida
La presencia de la coalición abertzale al frente del gobierno foral puede ser un factor que explique la rápida recuperación de los ingresos en Gipuzkoa. El ejecutivo liderado entonces por Martín Garitano apostó levantando una gran polvareda política por recuperar figuras propias como el llamado Impuesto a la riqueza y las grandes fortunas, una especie de versión de Patrimonio, y por aumentar la presión vía IRPF a las rentas altas.
Lo cierto es que aquellos años son clave en esa 'distancia' que gana Gipuzkoa sobre Álava y Bizkaia a efectos de crecimiento recaudatorio, si bien el color político de la diputación no es el único factor que hace crecer los ingresos.
La economía guipuzcoana pudo resistir mejor la crisis económica sobre todo a nivel de empleo (aun hoy se registra esa ventaja, con una tasa de paro ligeramente por encima del 5%), y de rebote también en consumo, gracias en parte al dique de contención del entramado cooperativo que encabeza el grupo Mondragon. Eso situó al territorio en mejor posición de partida en esos años inmediatamente posteriores a la crisis y tuvo su reflejo en la entrada de dinero a las arcas forales.
De cumplirse las previsiones esbozadas por las diputaciones y el consejero Noël d'Anjou (casi 6.500 millones de euros en 2025), el año que viene Gipuzkoa habrá incrementado sus ingresos vía impuestos más de un 80% respecto a 2012, por encima del avance del 68% de Bizkaia, que por su tamaño marca la pauta general, y aun más sobre el crecimiento en estos años de la hacienda alavesa, que lo hace un 66%.
En el reparto de la subida de ingresos totales (8.310 millones de euros más), un 35% corresponderían a la aportación de Gipuzkoa, dos puntos por encima del peso que tiene la economía del territorio en el PIB de Euskadi (33%).