Euskadi tiene su nicho en el sector del dron. Las empresas vascas dedicadas a estos vehículos aéreos esperan beneficiarse de la nueva legislación europea que lleva en vigor desde el 1 de enero de 2021. Esta regulación aúna el marco legal para todos los países, flexibiliza su normativa y agiliza los trámites y requisitos para un mercado en el que España es referente, según ha reflejado el diario Expansión.
Dronak, Drone by Drone y Sqadrones son tres empresas vascas que se beneficiarán de este cambio, aunque hay más como RC Innovations, dedicada a la venta y desarrollo de drones y sus componentes. Las tres ofrecen servicios a empresas que necesitan estos vehículos para trabajos audiovisuales, de inspección, de agricultura o topográficos, entre otros.
Cambios en la legislación
Gracias a la nueva normativa, los trámites para el uso de los drones se agilizará y además podrán operar en otros países europeos. Hasta ahora eso era imposible porque cada país tenía sus requisitos y licencias. La nueva legislación quiere simplificar esta regulación, aunque no lo hará de forma instantánea.
“Actualmente conviven la normativa europea y la española. La europea actualmente tiene lagunas que deben rellenarse con la legislación española. En los próximos dos meses aparecerá el nuevo Real Decreto Español de Drones que asentará las bases para las normas europeas, aunque la legislación continental no será plena hasta 2023. Estos dos años de plazo se usan como transición para adoptar progresivamente las nuevas directrices”, informan los expertos de las tres empresas vascas.
El principal aspecto de la nueva regulación (que este sí entrará en vigor este año) es el de clasificar la actividad de los drones en tres niveles: abierta, específica y certificada. Esto implica que ahora toda persona que quiera pilotar un dron debe registrarse en AESA (Agencia Estatal de la Seguridad Aérea) y completar un curso gratuito de la Agencia que lleva unas pocas horas. La excepción son los drones sin cámara con peso inferior a 250 gramos.
Las operaciones a nivel nacional también han sido engorrosas hasta ahora, por la burocracia necesaria. “Para volar el otro día en Madrid tuve que coordinarme con el helipuerto del hospital, el Aeropuerto de Cuatro Vientos, la base militar de Getafe y el Instituto Geográfico Nacional, además de pedir permiso al Ayuntamiento. Un proceso que hay que hacer mínimo con 10 días de antelación, y confiar en que el día del vuelo haga buen tiempo”, cuenta Fernando Linares, CEO de Sqadrones.
Con la nueva normativa estos trámites se agilizarán hasta acortar los tiempos a tres días de antelación, lo que permitirá realizar más servicios y de manera más eficiente. Esta pequeña empresa donostiarra de tres trabajadores se ha posicionado como una de las “referentes nacionales” en el sector, sobre todo en cuanto a asesoramiento a terceros.
“La rama de asesoramiento ha crecido más en los últimos meses debido a las empresas y particulares que se interesan en adquirir drones y acuden a nosotros para que les ayudemos con la tramitación, compra y manejo de los aparatos”, añade Linares. Destaca sobre todo la presencia de policías y bomberos en este aspecto, dado que los drones están cada vez más introducidos en los cuerpos de seguridad.
Drones en Euskadi
Los guipuzcoanos también se dedican a la inspección técnica y filmación de multimedia con su flota de drones. Además, forman parte de la asesoría técnica de la Liga de Fútbol Profesional para conformar el Sistema Antidrones que restringe la presencia de estos en los estadios vascos de LaLiga.
Otra de las empresas dedicadas al manejo de drones también está en Euskadi, aunque en la capital vizcaína en este caso. Drone by Drone tiene una flota de siete pilotos enfocados sobre todo a la aplicaciones más técnicas de los drones: inspecciones técnicas de edificios y obras, la seguridad, la agricultura de precisión, obras civiles o captación de datos aéreos.
La entidad vizcaína participa en la ascensión del alpinista vizcaíno Alex Txikon al Manaslu, la octava montaña más alta del mundo. Los drones grabarán la expedición e investigar el terreno antes de que el equipo humano se adentre en él.
Drone by Drone también ofrece labor formativa, disciplina al alza por el interés creciente en este sector y la nueva normativa. Sin embargo, la crisis sanitaria no ha pasado desapercibida para esta pequeña industria. “No nos ha afectado tanto como a otros sectores, pero por parte de muchas empresas sí hemos recibido menos demanda, al estar más paradas”, afirma Ander García Barroso, director técnico de la compañía.
Dronak es otra de las compañías veteranas en este ámbito en Euskadi. Comparte los servicios de operativa de drones, aunque se vuelva sobre todo en la formación y en una rama de I+D que les permite "diferenciarse" de otras empresas similares.
Esta sección consiste en desarrollar drones personalizados para empresas. “Hay compañías que acuden a nosotros para que les diseñemos drones específicos que van a necesitar de forma recurrente”, explica Julen Achiaga, director de la parte académica de Dronak.
Cuando son servicios puntuales, esta empresa bilbaína fundada en 2015 cuenta con más de 20 empleados y una flota diversa para servicios similares a los de Sqadrones y Drone by Drone. A destacar queda su labor en el último verano, con los drones de vigilancia que han sobrevolado las playas vascas garantizando que se cumplían las distancias de seguridad y rociando líquido desinfectante desde el aire.
Una de sus aplicaciones curiosas es el levantamiento de estructuras con tecnología 3D. Los drones escanean el terreno y realizan una reconstrucción digital de las futuras construcciones a edificar, recreando incluso cómo será el interior de los edificios.
Drones en la vida cotidiana
Para estas empresas la operativa con drones forma parte de su día a día. Pero la incógnita radica en cuándo llegarán estos vehículos a la vida cotidiana de la población. “Ya existe el marco regulador para permitir aerotaxis, drones de mensajería y similares. Falta la infraestructura necesaria”, asegura Achiaga. “Se están sentando las bases y la tecnología existe, falta reorganizar el espacio aéreo”, añade García. Quizá el futuro esté más cerca de lo que parece.