La Biosalud es todavía un sector en emergencia en Euskadi, pero que pisa con fuerza desde hace unos años, y para el que la pandemia, cuando todo lo relacionado con la salud ha adquirido una gran importancia, ha supuesto "poner una lupa de aumento" sobre su actuación. Una mirada de la que ha conseguido salir bien parado. "Se ha visto que somos importantes, y que en situaciones como esta no sólo es necesario tener un buen sistema sanitario, sino también una industria cercana y fuerte proveedora de productos para el sistema de salud", señala María Pascual de Zulueta , directora del cluster de Biosalud-Basque Health Cluster.
Actualmente el sector, integrado por unas 200 empresas, el 87% de ellas pymes, y bastante jóven -con el 60% de las compañias menores de diez años- crece en facturación a un rtimo del entorno del 5% y aspira a suponer el 3% del Producto Interior Bruto Vasco (PIB) en el año 2025. Pero para consolidar este crecimiento, buscan un impulso definitivo que pase por una mayor implicación de las administraciones vascas con el sector a la hora de centralizar las compras: "Que se promocione la compras en 'kilómetro cero', como se hace en otros sectores, como el alimentario", señala Pascual, en una apuesta clara por impulsar las empresas de cercanía que se han hecho tan necesarias durante el cierre de fronteras en el inicio de la pandemia, "cuando por ejemplo, el desabastecimiento de mascarillas te podía paralizar toda la sociedad", recuerda.
Las compras que realiza el sector público sociosanitario están sujetas a diversos condicionantes de concurso entre los que el criterio de precio puede ser determinante en la decisión final.
Sin embargo, las empresas del sector creen que se podría primar también otras cuestiones a la hora de tomar la decisión."Que se tenga en cuenta no sólo los criterios de precio, sino también el hecho de que estas compañías pagan sus impuestos en Euskadi".
Aunque se trata de un tema complejo porque la "compra pública tiene que ser transparante y limpia" el sector busca adelantarse a las necesidades futuras de las adminsitraciones a través de la I+D inicial para poder adelantarse a las necesidades y poder competir desde el principio". Esta colaboración público-privada, que ya se da en la actualidad en muchos ámbitos, pero en la que María Pascual considera que queda todavía "mucho camino por recorrer", creen que es "fundamental" para conseguir que se consolide un sector tanto dentro como fuera de nuestras fronteras: "Hay que tener en cuenta que la apuesta de la administración por el producto biosanitario vasco permitiría a estas empresas, no sólo crecer en Euskadi. sino presentarse con un peso mayor en le sector internacional, porque es mucho más fácil si vas con el aval de que te compran tus productos en casa, que tienes a Osakidetza como cliente". "En este punto queda mucho camino por recorrer", lamenta.
El envejecimiento de la población ha impulsado en cierta medida el crecimiento de este sector en Euskadi en los últimos años en consonancia con todo lo que está relacionado con denominada "economia plateada", Un impulso que convierte a las empresas vascas cada vez más atractivas de cara al exterior y con capacidad atraer inversiones importantes, como la compra de la multinacional la donostiarra Viralgen por parte de la multinacional Bayer a finales del año pasado. "Que uno de los grandes haya visualizado las capacidades del sector vasco es muy importante para Euskadi", y eso puede suponer un foco de atracción para nuevas inversiones.
La pandemia ha ralentizado en cierto modo la promoción inernacional de estas empresas pero no su actividad. Durante el año pasado, de hecho, sólo ha cerrado una de las empresas instaladas en Euskadi relacionadas con este sector que tenía capital británico. El resto, no sólo ha resisitido la crisis sino que algunas han convertido sus productos en punta de lanza de la lucha contra la pandemia, como el el caso de Biolan produce test serológicos rápidos para detectar la Covi-19.