Petronor es la mayor refinería de España con una capacidad productiva de 12 millones de t/año, una producción de la que, en condiciones normales, se exporta algo más de un tercio. Así que entre las ventas generadas, las retenciones de IRPF pagadas por los trabajadores y el impuesto sobre sociedades que grava los beneficios, la cuenta fiscal a pagar a Hacienda de la compañía suele ascender en años normales a algo más de 750 millones de euros. Esa fue la cantidad que la compañía presidida por Emiliano López Atxurra señaló que había abonado al fisco por su actividad en 2018, con lo que se convierte en uno de los principales contribuyentes de la Hacienda vizcaína. Pero no solo de este territorio, y es que hay que anotar que los pagos a Hacienda por las ventas de combustible están sujetos a un reparto posterior entre Bizkaia, Gipuzkoa y Álava, como ocurre con el conjunto del IVA. En cualquier caso, el funcionamiento de la planta a un 60% de la capacidad hace que la pérdida en recaudación pueda acercarse a los 300 millones de euros.
Solamente el año pasado, las Haciendas forales acusaron una caída de en la recaudación del impuesto sobre hidrocarburos de 185 millones de euros, un 12,6%, mientras que en el IVA se dejó 864 millones de euros, un 14,3%. Son datos fruto de una situación extraordinaria provocada por la pandemia, pero la economía vasca en el primer trimestre de este año sigue estancada con unos índices de actividad que presentan un 2,9% de caída sobre el año anterior y un crecimiento solo evoluciona un 0,20% desde el otoño pasado.
Petronor no cuenta con que sea posible poner en marcha su segunda unidad de producción antes de fin de año. Esta unidad, que supone el 40% de la producción total de la refinería, está cerrada desde el pasado mes de diciembre por las dificultades de la crisis económica derivada de la pandemia que han afectado directamente al sector del refino de petróleo y que han llevado una fuerte caída de la demanda, sobre todo por el parón en la movilidad. Según se recoge en la documentación de la presentación del ERTE que afectará a 356 trabajadores de su plantilla, un tercio del total, la regulación de empleo se extenderá hasta diciembre, un límite temporal que pone de manifiesto que la empresa tiene ya descontado que acabará el año con la producción mermada al menos en un 40%, lo que produce la unidad cerrada hace cuatro meses 'sine die'. De hecho, los argumentos para sustentar el ERTE se basan en que el cierre de esta unidad deja sin trabajo a esta parte de la plantilla, que hasta ahora, en estos meses que lleva cerrada, ha estado en procesos de formación.