La planta de Mercedes en Vitoria incrementa de nuevo su producción prevista para este año en 8.600 unidades. De este modo aumenta su previsión de fabricación en Euskadi hasta alcanzar las 148.600 unidades. Es el segundo incremento en la previsión de la fábrica de Daimler que el pasado 28 de febrero elevó la producción también en otras 8.500 unidades. Así, en lo que llevamos de año Mercedes ha revisado al alza su plan de trabajo aumentando en 17.100 furgonetas las que espera construir en Vitoria y haciendo una cifra total para este 2021 de 148.600, un volumen que se acerca a la producción récord de 2017, cuando se construyeron 150.250 unidades. El único riesgo es el de la falta de semiconductores. Los chips, que escasean en el mercado internacional, afectan directamente a la automoción y condicionan los planes de crecimiento.

La dirección de la planta lo ha comunicado esta mañana a los trabajadores y ha confirmado también que las necesidades de producción activarán en junio el turno de noche a pleno rendimiento. Además, será necesario contar con 750 trabajadores. Para reunir este grupo se buscará recuperar a 400 personas de las que salieron en el último ajuste de plantilla de final de año y cuya vuelta se anunció en febrero. Ahora, además se incorporará a 350 nuevos empleados eventuales.

El panorama, por tanto de este año cambia radicalmente en el primer trimestre pintando un horizonte muy diferente al que planteó el director de la fábrica Emilio Titos el pasado mes de noviembre. En aquel momento, Mercedes anunció una caída de la producción hasta 131.500 unidades lo que provocó la no renovación del contrato de unos 400 trabajadores eventuales y la adecuación del ritmo de trabajo, reduciendo el tercer turno de la noche a la mitad de horas de trabajo. Solo cuatro meses, la planta anuncia que vuelve a cifras de sus mejores tiempos con casi 150.000 furgonetas, como en 2017, cuando se dio empleo a 5.246 personas. 

 

Situación "crítica" ante la escasez de semiconductores

El problema del que no escapa la factoría alemana es el de la falta de semiconductores. Una escasez que afecta a toda la industria de la automoción y que según ha transmitido la dirección de la fábrica empieza a ser "crítica". Estos problemas empezaron a notarse en enero tal y como informó ´Crónica Vasca´. Estos chips se han convertido en un bien muy cotizado, un semiconductor que se hace imprescindible para el funcionamiento de todo tipo de dispositivos electrónicos y que están en electrodomésticos, coches y todo tipo de herramientas digitales. En su mayoría, se elaboran en China, un mercado que, con los reajustes de producción tras la pandemia, está trasladando a todos los sectores un problema de abastecimiento. La automoción es el primero en acusarlo. Así, según un estudio de McKinsey & Company, se prevé que durante el primer semestre de este año se registren problemas y se experimenten interrupciones en la cadena de suministro. Volkswagen, fue la primera en anunciar una reorganización de la fabricación en sus instalaciones, un ajuste que ha afectado a las plantas de Landaben, en Pamplona y a la de Seat en Martorell. En España, la que más dificultades está atravesando hasta el momento es la fábrica de Ford en Almussafes, donde la empresa ha tenido que recurrir a un ERTE por la reducción de la producción.

Nuevo convenio y nuevo modelo

El anuncio llega después de que el propio Emilio Titos trasladara hace dos semanas la necesidad de cerrar cuanto antes el nuevo convenio que comenzó a negociarse tras el anuncio de recortes a final del pasado año. Un modo de acelerar las gestiones para aclarar cuanto antes los costes de producción, al menos los derivados de la plantilla, en los que incurrirá la planta de Mercedes en Euskadi. Y es que Mercedes afronta un proceso muy grande de transformación que pasa por un plan de inversiones en la fábrica que alcanza los 800 millones de euros, pero en el que también el tiempo apremia. Las nuevas regulaciones europeas, los Fondos de la UE y la revolución que pueden generar sobre la movilidad hacen que sea necesario tener los cálculos hechos para poder adaptarse lo más rápido posible al nuevo escenario. 

Inversiones y flexibilidad para el nuevo vehículo

En ese contexto, las nuevas necesidades de producción de Daimler pasan por la incorporación de una nueva furgoneta, con una plataforma diferente y que permite la construcción de un vehículo diseñado íntegramente eléctrico. Una furgoneta que debería poder convivir en las cadenas de de montaje con la actual VS20 que, de momento se prolonga otros tres años, retrasando el modelo de la VS21. Es un escenario complejo en el que la factoría alemana busca disponer de la máxima flexibilidad para adaptarse a diferentes posibles escenarios. 

Clarificar el escenario del coche eléctrico

El diseño de todos estos elementos coincide con un escenario de nuevas regulaciones, como el de la reciente Ley de Cambio Climático, que concreta objetivos exigentes para reducir el parque móvil de gasolina. Del mismo modo, las directivas europeas avanzan en esa línea, aunque todavía el mercado no ha reaccionado. El propio Titos planteaba recientemente la necesidad de clarificar el futuro del vehículo eléctrico. Pero además de eso, el contexto requiere resolver cuanto antes el convenio y clarificar esa parte de los costes.