Petronor no cuenta con que sea posible poner en marcha su segunda unidad de producción antes de fin de año. Esta unidad, que supone el 40% de la producción total de la refinería, está cerrada desde el pasado mes de diciembre por las dificultades de la crisis económica derivada de la pandemia, que han afectado directamente al sector del refino de petróleo y que han llevado una fuerte caída de la demanda, sobre todo por el parón en la movilidad.
Según se recoge en la documentación de la presentación del ERTE que afectará a 356 trabajadores de su plantilla, un tercio del total, la regulación de empleo se extenderá hasta diciembre, un límite temporal que pone de manifiesto que la empresa que dirige Emiliano López Atxurra tiene ya descontado que acabará el año con la producción mermada al menos en un 40%, lo que produce la unidad cerrada hace cuatro meses. De hecho, los argumentos para sustentar el ERTE se basan en que el cierre de esta unidad deja sin trabajo a esta parte de la plantilla, que hasta ahora, en estos meses que lleva cerrada, ha estado en procesos de formación.
Oficialmente la compañía no quiere poner una fecha límite al cierre de esta unidad e insiste en que se abrirá o no en función de cómo evolucione el mercado y sobre todo dependiendo de cómo vaya a evolucionar la pandemia. Sin embargo, a estas alturas del año, y después de la que tuvieran que volver a cerrarla en diciembre tras estar abierta apenas unas semanas, todo parece indicar que la empresa esperará a que la situación económica esté estabilizada antes de proceder a la reapertura de la unidad, ya que reconocen que se trata de unas instalaciones que no se pueden estar parando y arrancando, principalmente por cuestiones de seguridad.
El 4 de noviembre del año pasado decidieron reabrir esta segunda unidad de producción, que llevaba seis meses parada -desde mayo- ante lo que parecía un repunte de la actividad económica y un impulso en el consumo de gasolina y otros carburantes, pero una nueva ola de contagios de Covid devolvió todo a la casilla de salida, y a las fuertes restricciones de movilidad, obligando a la empresa a un nuevo cierre de esta unidad de producción solo tres semanas después de la reapertura.
Como en toda la situación económica actual, será determinante en los cambios de decisión de la empresa la evolución de la vacunación en todo el mundo, que puede posibilitar que se reduzcan las restricciones de movilidad y permita a Petronor a recuperar la producción al 100%.
Dentro de la negociación del ERTE, que ya ha finalizado sin acuerdo entre las partes, la empresa propuso a los sindicatos reducir el periodo de regulación en unos meses, pero más por conseguir el acuerdo sindical que por contar, de momento, con unas previsiones que anticipen un repunte de la demanda.
Mantener el cierre de esta unidad hacen prever ya que este año 2021 volverá a ofrecer unos resultados complicados para la empresa. A la espera de conocer los resultados de 2020, el año pasado ya auguraban que estarían en rojo, y el presente ejercicio no será mucho mejor, al contrario, pese a que se esperaba que fuera el año de la recuperación. Unos malos resultados no serán en ningún caso una buena noticia para la empresa, pero tampoco para las haciendas forales, especialmente la de Bizkaia, por descenso de la recaudación de IVA e Impuestos Especiales, además del descenso de la actividad de los proveedores. En 2019 Petronor aportó a la Hacienda de Bizkaia más de 700 millones tras obtener con un resultado total después de impuestos de 143 millones de euros, con una caída del 18,89% respecto a 2018.
Los sindicatos piden apoyo del Gobierno
Mientras tanto, los trabajadores de Petronor piden al Gobierno vasco que se implique ante la aplicación del ERTE propuesto por la empresa. El comité considera que esa reducción en un tercio de la actual plantilla "pone en riesgo la seguridad" del resto de trabajadores, de las instalaciones de la planta y el medio ambiente", ya que creen "alarmante" la decisión de la empresa de dejar vacías unidades de refinería que en cualquier momento pueden tener una situación de emergencia.
Además, consideran que hay "gran cantidad de trabajos de mantenimiento pendientes, como inspecciones, reparaciones, preventivos, que se dejarán de hacer debido a la afección supone el ERTE en este colectivo de empleados, cuando la vigilancia y el mantenimiento de esas unidades son fundamentales para evitar accidentes industriales.
Tras manifetarse ayer ante el Gobierno vasco en Bilbao, celebrarán el viernes una asamblea de trabajadores para acordar y fijar un nuevo calendario de movilizaciones para protestar contra "el sinsentido de las medidas propuestas por parte de la dirección".