Renfe volverá a licitar la compra de 72 trenes de media distancia y cercanías con el objetivo de buscar una mayor eficiencia energética y mantener los criterios de sostenibilidad, ya que la licitación anterior no excluía la posibilidad de que la tracción de los trenes por vías no electrificadas se hiciese mediante combustibles fósiles.
Por ello, el operador relanzará estas licitaciones, que contaban con un valor total superior a los 1.300 millones de euros, para priorizar las tecnologías limpias como el hidrógeno, según ha acordado este lunes su consejo de administración.
La compañía admite que la adquisición de material diésel sería contradictoria con la responsabilidad social y medioambiental de Renfe y, al mismo tiempo, supondría una compra de unos activos que podrían no poder rentabilizarse, ya que su vida útil se vería considerablemente afectada por las limitaciones a los gases de efecto invernadero.
Por el contrario, Renfe tiene entre sus objetivos alcanzar una reducción significativa o incluso la eliminación de fuentes de energía no renovables, de las que se alimentan los trenes propulsados por diésel. En este sentido, en los últimos años la compañía ha reducido un 90% su huella de carbono.
Renfe defiende que la adquisición de trenes con tecnología de combustibles limpios, como el hidrógeno, es una decisión que está alineada con los objetivos de la compañía y de las principales instituciones nacionales y europeas. Además, se trata de una decisión que podría ser susceptible de incorporar ayudas financieras para Renfe y para los fabricantes de trenes que optaran a su adjudicación.
Renfe ya ha adjudicado varios contratos para la compra de material rodante en el marco de su plan de renovación de flota puesto en marcha el pasado año y que supondrán la renovación de, aproximadamente, el 50% de los trenes dedicados al servicio público.
Del plan inicial de renovación de la flota, cuyas licitaciones comenzaron en 2019, Renfe ha comprado ya en el último año 248 trenes por valor aproximado de 3.000 millones de euros, un 78% del plan. Así, los 72 trenes pendientes de adjudicar, el 22% del total, se volverán a licitar en los próximos meses.
La compañía argumenta que la decisión del consejo de administración responde al compromiso con la responsabilidad ambiental de Renfe para seguir reforzando al tren como el modo de transporte de viajeros y mercancías más eficiente en términos de consumo de energía y emisiones de dióxido de carbono (CO2).
"Además, supone adherirse a la clara apuesta de las instituciones europeas y españolas por las energías limpias y, en particular, por el hidrógeno renovable, que se ha plasmado en la aprobación de diferentes planes y en un desarrollo normativo relativo al combustible que, no solo penaliza la utilización de los combustibles fósiles, sino que limitan la utilización de estos al año 2050", concluye la compañía.