El nuevo Plan Renove de vehículos del Gobierno vasco tendrá una dotación de 5 millones de euros, la mitad del puesto en marcha el año pasado, y financiará con hasta 3.000 euros la compra de vehículos de alta eficiencia energética, tanto de gasolina y gasóleo, y de energías alternativas, con mayor subvención para los eléctricos por ser los más eficientes.
El Gobierno vasco se ha reunido este lunes con los representantes de las tres asociaciones de concesionarios de Euskadi -Luis Cebrián por parte de SEA, Jon Lekue por parte de la Red de Concesionarios de Bizkaia y Javier Bagüés por parte de AEGA- para explicarles las líneas generales del plan que, como en los anteriores planes puestos en marcha por el Ejecutivo, incluye la obligación de achatarrar el vehículo viejo, ya que de lo que se trata es de sacar a los vehículos contaminantes de la circulación.
En el encuentro ha participado el viceconsejero de Industria Javier Zarraonandia y el director general del Ente Vasco de la Energía Iñigo Ansola, ya que será el EVE la entidad encargada de la gestión de las ayudas.
Los vehúculos que se sustituyan deberán tener una antigüedad superior a los diez años en el caso de particulares y más de 7 años en el caso de empresas y autónomos. Sólo podrán optar a las ayudas los vehículos de categoría energética A, de gas natural, GLP, hidrógeno o eléctricos comprados a partir del 1 de junio, fecha en la que está prevista la publicación de las bases del programa en el BOPV.
El Gobierno vasco calcula que se podrán renovar un total de 2.500 vehículos mediante este programa que "aportarán un ahorro de energía de 950 tep/año, equivalente a la retirada definitiva de las carreteras de 1.500 vehículos".
El nuevo Renove llega en un momento en el que sigue sin remontar la venta de vehículos en Euskadi a niveles anteriores a la pandemia. Aunque en el primer trimestre de este año se vendieron un 18,2% más con respecto al mismo periodo de 2020, en comparación con el primer trimestre de 2019 -cuando no se había desatado la pandemia de coronavirus- las ventas en Euskadi han caído un 44%, en el que ha sido uno de los peores cuatrimestres desde los últimos años de la crisis económica.