Los concesionarios de las marcas pertenecientes al grupo Stellantis en Euskadi han empezado a recibir las primeras cartas de resolución del grupo automovilístico fruto de la fusión entre PSA y Fiat Chrisler Automobiles. La compañía ha cancelado los contratos de distribución en toda la red con un preaviso de dos años en los que negociará las nuevas condiciones basadas en unos 'factores y objetivos clave', según trasladan desde el conglomerado, al frente de Peugeot, Citroën, DS, Opel, Fiat, Alfa Romeo, Jeep, Lancia, Abarth y Maserati.
Las principales asociaciones de automoción a nivel nacional ya han manifestado su preocupación por la cesión de los acuerdos ante lo que piden "diálogo orientado al consenso" para evitar comprometer "la viabilidad de los negocios y la pérdida de empleo", según ha indicado la Federación de Asociaciones de Agentes Oficiales Fagenauto y la patronal de automoción, Faconauto. En Euskadi, en cambio, se respira tranquilidad y prudencia a la espera de un cambio que no es nuevo para el sector. Así lo traslada Javier Bagues, gerente del principal grupo de automoción en la zona norte, Grupo Gorla, con ventas en las cuatro arcas de PSA, Peugeot, Citroen, Opel y DS Automobiles, quien habla de la reestructuración en el sector como una práctica habitual.
"Es pronto para sacar conclusiones, todavía no nos ha llegado la proposición de intenciones y esperaremos a dialogar con los fabricantes y ver como encaja la nueva estrategia", explica Bagues. El también presidente del departamento de ventas en la Asociación de Automoción de Gipuzkoa (AEGA) señala un proceso que facilite a los inversores combinar marcas en edificios comunes de cara a formar una red estable y eficiente. Una mayor concentración a través de grupos multimarca con una administración común que lleve a una reducción de costes a largo plazo y los clientes "ni siquiera notarán".
Sí lo harán los concesionarios que trabajen con Stellantis, sujetos a negociaciones dirigidas hacia una economía de escala que supondrá una 'vuelta de tuerca' para muchos de ellos, aunque los requisitos serán "más laxos". "Nos han confirmado que los estándares van a ser más suaves, los requerimientos de exposición, recepción personal de trabajo, etc. serán más flexibles a la hora de abrir cualquier concesión", asegura Borgues. Tal y como explica, no todos pasarán el filtro por el que se ven obligados a pasar las 329 empresas de las que dependen más de 1.200 puntos de venta y posventa, así como más de 35.000 trabajadores cualificados en el territorio nacional según datos de Faconauto, quien apunta a un cambio de modelo en la distribución de vehículos para el que los concesionarios se están preparando.