Bain Capital y Rolls Royce han firmado el acuerdo para la compra de ITP Aero. El fondo de inversión norteamericano, tal y como adelantó 'Crónica Vasca' el pasado viernes adquiere de este modo la aeronáutica vasca con una oferta de 1.700 millones de euros y un consorcio conformado con SAPA, la empresa guipuzcoana de tecnología de defensa y el grupo inversor JB Capital. El grupo propietario está abierto a incorporar en el futuro a nuevos socios entre los que está el Gobierno vasco y otras empresas como Sidenor que han mostrado interés en participar. Bain se ha comprometido a mantener la sede en Euskadi, la plantilla de ITP Aero y acometer las inversiones para seguir con el desarrollo industrial de la empresa. De hecho, el actual consejero director general de la aeronáutica, Carlos Alzola, seguirá al frente de la compañía.
La transacción ha sido aprobada por el Consejo de Administración de Rolls-Royce y los miembros del consorcio, y está sujeta a ciertas condiciones de cierre, incluidas las autorizaciones reglamentarias habituales, que está previsto para la primera mitad de 2022. El propio dirigente de ITP, Carlos Alzola, ha mostrado su satisfacción por el acuerdo porque permite "reforzar aún más nuestra posición en el sector aeronáutico, seguir ofreciendo altos niveles de innovación y servicio a nuestros clientes y expandir nuestro negocio para captar oportunidades de crecimiento relevantes".
Los responsables de Bain Capital, Ivano Sessa, Managing Director, y Tobias Weidner, han señalado que la compañía está "deseando trabajar con la dirección de ITP Aero, los empleados y demás organizaciones que se relacionan con la empresa, así como con los gobiernos español y vasco, para hacer realidad el significativo potencial de crecimiento de ITP Aero como empresa independiente".
Quedan pendiente ahora las negociaciones para ver y analizar como se concretan las garantías que Bain Capital ha anunciado para que ITP siga en Euskadi y su proyecto industrial desarrollándose. Esas claves y la representación en el consejo, así como sus poderes para participar en decisiones estratégicas, son las cuestiones que deberán ir afinandose a partir de ahora. Bain está dispuesto a ceder hasta un 30% del accionariado de ITP a esos socios nacionales y que estimen los gobiernos, lo que supone unos 500 millones de euros. El Gobierno vasco ha manifestado también interés en participar en el accionariado de la empresa.
La operación ha recibido luz verde después de unas últimas horas muy intensas. Y es que el Gobierno de España, que tiene capacidad de veto en la operación por el papel de ITP en contratos de Defensa, había exigido a Bain que conformara un grupo de carácter nacional en el consorcio de los nuevos propietarios de ITP Aero. Las dificultades de una empresa española o vasca para participar en el accionariado han sido una constante desde el mes de julio, cuando Rolls Royce eligió a Bain Capital para negociar en exclusiva la venta de ITP Aero.
El Gobierno de España optó por dar entrada a Indra, pero la empresa participada por la SEPI no ha querido, al menos de momento, entrar en la operación. El Gobierno vasco apostó por la ingeniería de la familia Sendagorta, Sener, para dar a la compra las garantías de que ITP mantuviera el 'arraigo' e Euskadi y el proyecto empresarial.
Precisamente las dificultades para que Sener afrontara la inversión necesaria y sus reivindicaciones de poderes políticos muy por encima de los derechos económicos han sido una de las cuestiones que hiciera encallar las negociaciones, de ahí que Bain Capital haya buscado los socios para conformar el consorcio incial con SAPA, la empresa de la familia Aperribay, y JB Capital.
Escenificación del Gobierno vasco
El Gobierno vasco escenificó su exigencia con un tweet del lehendakari Urkullu el pasado sábado, una vez que se confirmó la caída de Sener, pero en pocas horas los contactos Bain con el Ejecutivo recondujeron la situación de cara al acuerdo que se ha podido firmar hoy con el compromiso de revisar la incorporación de las garantías de desarrollo empresarial y sede social en Euskadi de ITP.
Rolls Royce consigue con esto una venta que es clave para mejorar su situación financiera con graves pérdidas acentuadas por la crisis del coronavirus en la aeronaútica. Obtiene 1.600 millones de euros de la venta de ITP Aero y la mantiene como un proveedor estratégico para el desarrollo de diferentes programas de fabricación de motores.