Las marcas que trabajan en el País Vasco están detectando problemas en varios productos de cara a la temporada de Navidad, una situación que llueve sobre mojado, con incrementos de precios en materias y primas y la escalada de la factura luz. Hasta ahora, en los productos de alimentación, se ha mantenido el incremento de precios entre un 1,5% y un 2%, muy por debajo del IPC internaual que ha escalado hasta el 4%, pero los responsables de marcas como Eroski, Mercadona, BM o Carrefour reconocen un "tensionamiento de la cadena alimentaria". Por ello, la Asociación Española de Distribuidores de Autoservicio y Supermercados (ASEDAS) se destaca la necesidad de que la regulación del Gobierno no dificulte los contratos a largo plazo con el precio fijo para la luz. 

En cuanto a los productos con más dificultades, destacan el textil o los electrodomésticos y aparatos tecnológicos que venden muchos de estos supermercados. Unas circunstancias que han llevado a las cadenas de tiendas a ampliar el rango de proveedores para afrontar el incremento de ventas de Navidad. En el caso de los textiles es más sencillo, según apuntan portavoces de Eroski, pero en dispositivos como móviles que también se ofrecen en algunas de las grandes superficies del País Vasco, la crisis de los semiconductores llega sin posibilidad de alternativa.

En esta tesitura el ascenso del coste de la luz es otro problema añadido, su impacto en la cuenta de gastos supone entre el 10% y el 15% del total en las cadenas de alimentación, tal y como explican a ´Crónica Vasca' fuentes de ASEDAS. Las principales marcas que operan en Euskadi, como Eroski, BM, Carrefour o Mercadona contrantan la energía con contratos fijos sobre el precio, uno de los elementos que cuestiona el decreto del Gobierno de España. Por eso, el director general de ASEDAS, Ignacio García Magarzo,  reconoce que "estamos preocupados por las decisiones del Gobierno que puedan cuestionar la viabilidad de los contratos de luz que se realizan sobre un precio fijo. Se trata de un un recurso que emplean muchas cadenas de supermercados y que buscan dar estabilidad y previsibilidad a unos costes que son muy importantes para nosotros". 

Fuentes de la marca vasca BM, señalan también que su estrategia para evitar que el impacto de la luz se repercuta en el precio se apoya en "esta gestión que establece precios estables a medio o largo plazo de la energía de forma que los incrementos puntuales o coyunturales del mercado no afecten a nuestra estrategia comercial".

Desde Eroski señalan que "la tarifa de electricidad es, después del personal y el inmobilairio, el mayor gasto. Necesitamos la luz para garantizar la cadena del frío". Por lo que esta situación "afecta a nuestras tiendas y también a nuestras plataformas logísticas. Se trata de un sector con márgenes muy estrechos, donde la eficiencia de los sistemas es clave".

De todos modos, los expertos señalan que la alimentación, aunque no pueda escapar a la tendencia inflacionista, no repercurtirá de modo directo los aumentos que está experimentando el coste de la luz en la cesta de la compra. Y es que, según explica García Magarzo "los precios de alimentos se mantienen extraordinariamente estables gracias al esfuerzo de los distribuidores y lo seguirán haciendo para responder a las necesidades de los consumidores. La competencia que tenemos en nuestro país obliga a hacerlo si no quieres quedarte fuera del mercado". En este sentido, desde Mercadona recuerdan que "la realidad es que el IPC general está en 4 puntos de incremento y el de alimentación 2 puntos por debajo. Esto es así, gracias al esfuerzo que estamos haciendo la distribución para minimizar el impacto del incremento de las materias primas, el transporte y los envases en la cesta de la compra".