CAF está logrando abrirse un hueco en uno de los mercados más proteccionistas de Europa. Y es que Francia cuenta, por un lado, con Alstom, que tras comprar Bombardier se ha convertido en el segundo constructor del mundo de ferrocarriles, y, por otra parte, con uno de los principales operadores y compradores, SCNF. Una situación que ha convertido al país en uno de los más reacios a la liberalización del sector que están impulsando las instituciones europeas. Aún así, CAF, a la planta que ya tenía en Bagnères de Bigorre, ha unido la comprada este otoño en Alsacia, acumulando más de un millar de trabajadores con inversiones anunciadas de 25 millones. Algo que ha logrado gracias a unas buenas relaciones con el gobierno del presidente Emmanuele Macron y, lo que es más importante, a la vez que se adjudicaba importantes contratos. Mientras en España, Talgo y Renfe chocan con el muro del proteccionismo galo.
En Francia, CAF ha contado con el apoyo de la administración para aprovechar el hueco que los reguladores europeos han obligado abrir a Alstom. El fabricante francés compró por 5.300 millones de euros la división ferroviaria de la canadiense Bombardier y se convirtió en el segundo constructor mundial, por detrás del chino CRRC. Pero para ello las autoridades de Competencia de la UE obligaron a Alstom a vender activos y dejar un hueco en el mercado francés. Una grieta por la que ha entrado la compañía vasca con sede en Beasain. El activo comprado por 75 millones es la fábrica de Reichshoffen, en Alsacia, así como la tecnología para construir dos plataformas.
El movimiento ha sido auspiciado por el Ejecutivo del presidente Macron que ve en CAF un agente interesante para diversificar por primera vez su mercado ferroviario. CAF ha ido ganando la confianza con su fórmula de trabajo en la planta que ya tenía en Bagnères de Bigorre, una instalación en la que ha anunciado una inversión de 25 millones de euros para ampliar su plantilla hasta los 400 trabajadores y para desarrollar la renovación de los trenes 'RER A', así como en la construcción de una locomotora para la RATP (servicio de transporte de la comarca de París). Y es que esta planta jugará un papel determinante para los contratos de los trenes de cercanías de París, que asciende a más de 2.000 millones, y para el que tiene adjudicado de trenes de media distancia para 28 vehículos con opción de 75 adicionales, que prestarán servicio en las líneas París-Clermont y ParísLimoges-Toulouse y por un coste de 700 millones de euros.
La filosofía de empresa con una participación importante de los trabajadores en su accionariado es un modelo que ha gustado al gobierno francés. De hecho, el pasado verano, el presidente Emmanuele Macron respaldó a la compañía con una visita a la fábrica de la empresa vasca. Un gesto que tiene especial importancia después de los choques que las administraciones francesas han protagonizado con Alstom. El movimiento del gigante del sector, que comparte la adjudicación con CAF para los trenes de cercanías de París, para boicotear el contrato movió a las autoridades francesas que salieron en defensa de la compañía guipuzcoana. Además, tras la compra de Bombardier, ha habido varios movimientos que han generado conflictos laborales que no han sentado bien al Ejecutivo francés dada la fuerza que tiene el sindicalismo ferroviario.
Los 745 trenes de alta velocidad en Francia han sido para Alstom
Para calibrar la importancia de estos movimientos hay datos que hablan por sí solos. Desde 1978, año en comenzó la alta velocidad en Francia, se han adjudicado 745 trenes. Todos han sido adjudicados por SCNF a Alstom. En cambio, en España, Renfe ha adjudicado 271 unidades desde 1991. 121 a Talgo, 67 a Alstom, 57 a CAF y 26 a Siemens.
El principal rival en España de CAF, Talgo, así como el operador, Renfe, chocan una y otra vez con trabas para pasar el Pirineo. Recientemente la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, hacía unas declaraciones sobre la resistencia de Francia a que RENFE pueda operar en el país vecino. Desde el Gobierno de España se considera un agravio que mientras en nuestro país se ha dado ya entrada a operadores franceses como SCFN o italianos como Trenitalia que están gestionando las conexiones Madrid-Barcelona y Madrid-Valencia, Renfe no consiga operar fuera de sus fronteras.
Quejas del Gobierno de España
El malestar llevó al anterior ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha escribir una carta a la comisaria europea de Transportes para recordarle que los pasos que estaba dando España para seguir las directrices de la UE en la liberalización del sector ferroviario no estaban teniendo respuesta por parte de ninguno de sus compatriotas europeos. Además, Ábalos, pidió una intervención directa para las homologaciones en Francia de la nueva locomotora de alta velocidad de Talgo, el tren Avril. Es la apuesta que llevará a la empresa española a fabricar en su planta de Álava 400 unidades que ofrecen importantes ventajas competitivas frente a los trenes de Alstom, pero la administración francesa ha dilatado la acreditación para que pueda circular por el país galo.
Mientras tanto, CAF ha buscado una opción alternativa para abrirse hueco. Parecido a como hiciera José María Baztarrica durante su gestión al frente de la compañía. El que fuera su presidente entre 1995 y 2015 y que falleció la semana pasada, buscó ámbitos internacionales y otros mercados para escapar de una competencia en España con Talgo. Una apuesta que consolidó un nuevo modelo de crecimiento y expansión. Ahora, la compañía presidida por Andrés Arizkorreta, busca mantener este modelo con el nuevo CEO elegido para pilotar la expansión, Javier Martínez Ojinaga. La multinacional vasca ha cerrado los nueve primeros meses del pasado 2021 con más de 2.000 millones de facturación y más de 3.000 millones en contratos firmados para ventas, así como 57 millones de beneficios.
El Gobierno vasco tiene el 1,24% de la compañía a través de una pequeña participación que compró en una retirada de posición de Kutxabank, que mantiene un 14,06% de las acciones y el nombramiento como consejera de la que fuera vicelehendakari y consejera de Economía y Hacienda, Idoia Zenarruzabeitia.