Una startup vasca ha conseguido la autorización de la Agencia Española del Medicamento para investigar nuevos usos farmacológicos, cosméticos y alimenticios del cannabis. La firma biotecnológica vizcaína Aleovitro llevará a cabo esta investigación junto al Instituto de Ciencias Agrarias, integrado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y consistirá en analizar químicamente los componentes de los derivados del cannabis para lo que se podrá cultivar in vitro plantas de esta especie de alta calidad.
El objetivo es conseguir plantas "homogéneas y estables"
El biólogo botánico y CEO responsable del área de cultivo in vitro, además de socio fundador de Aleovitro, Eneko Ochoa, cuenta a 'Crónica Vasca' el trabajo que desarrollan para cultivar in vitro plantas de cannabis que tengan unos principios químicos de alta calidad para que puedan ser utilizadas posteriormente por diferentes laboratorios farmacéuticos en nuevos medicamentos. "La idea es analizar químicamente los componentes de los derivados de cannabis más idóneos para futuros tratamientos farmacológicos o cosméticos", e investigar al mismo tiempo sobre tejidos vegetales para hacer crecer plantas libres de enfermedades y químicamente estables y resistentes a diferentes situaciones de estrés.
Estas nuevas plantas que ahora se investigarán en Bizkaia deberán contar con una determinada composición en sus principios activos (aptos para los usos farmacológicos, cosméticos o alimenticios que se precisen) y que sean estables en la producción de los derivados cannabinoides bajo diferentes condiciones de cultivo, para posteriormente proceder a su registro y protección intelectual para su uso en futuros tratamientos farmacológicos.
Ochoa expone que, "a día de hoy el cultivo del cannabis es heterogéneo y amateur" y que el objetivo del estudio es lograr, mediante el cultivo in vitro, que la planta sea "lo más homogénea y estable" posible para obtener "un mayor rendimiento por hectárea en producciones industriales". El propósito es obtener "unos ejemplares élite" del cannabis con la combinación química que requiere la industria farmacéutica para elaborar los medicamentos. Junto con el CSIC se encargan de "realizar los cruces, las analíticas, los procesos de selección previos, el chequeo para que sean estables, el análisis de la composición química de las diferentes plantas y su posterior cultivo in vitro".
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha aprobado hasta la fecha dos medicamentos basados en derivados o componentes del cannabis. Después de rigurosos controles de supervisión sanitaria, ambos medicamentos ofrecían mejorías en la calidad de vida a pacientes para una enfermedad rara (Síndrome de Lennox-Gasutat (SLG) o para la Esclerosis Múltiple (EM).
Un mercado en expansión
"Existe una gran oportunidad de negocio en el cultivo del cannabis. El 90% va destinado a la industria farmacéutica, pero su uso cosmético también está al alza con los componentes no psicoactivos de la planta y también en algunos producto alimenticios", señala Ochoa. "Haremos selecciones distintas de variedades de quimotipos para patentar el material selecto". Ochoa explica que el cultivo de cannabis está mas desarrollado en "Holanda, EEUU, Canada y Colombia", pero que en América se permiten los cultivos de forma libre sin obtener su propiedad intelectual por lo que contactan con Europa para poder tener patentes. Aleovitro ya tiene variedades con "visos de registro".
Además de los fines de investigación, Aleovitro pretende incrementar su negocio con empresas que producen marihuana. "Tenemos dos candidatos que pasan el registro de la Unión Europea, un cliente en Suíza para uso medicinal y hasta terceros, ya que en algunos países está legalizado que cada persona pueda cultivar 10 plantas". "Podemos vender el material seleccionado y en bruto. Son esquejes en estado óptimo sin plagas ni enfermedades, una variedad única que permite el cultivo in vitro", añade. A las empresas a las que pretenden vender sus variedades deben contar con su pertinente autorización.
Actuar como "un vivero de plantas para producir o enseñar a producir". "Podemos enseñar a las empresas para que produzcan su propio material. Industrias grandes con licencia que producen a través de esquejes y semillas para que se pasen al cultivo in vitro que es más eficiente, homogéneo y estable". Para obtener estos derivados del cannabis se requieren unos muy estrictos controles de supervisión y seguimiento. Pero también es necesaria una materia prima con unos estándares de calidad muy elevados en sus principias químicos, pero, sobre todo, con estándares muy homogéneos y estables de cara a su producción comercial.
En la actualidad, a nivel mundial se están desarrollando numerosas líneas de investigación farmacológica y cosmética con derivados del cannabis, productos que podrían ser aprobados en los próximos años. De hecho, se estima que el mercado de productos farmacéuticos derivados del cannabis, en franca expansión, podría alcanzar un mercado de más de 2.400 millones de euros en Europa en poco más de 3 años.
Una startup de 4 empleados codeándose con grandes centros de investigación
"Es una pasada que una empresa tan pequeña como la nuestra sin aportaciones de capital externo haya conseguido una autorización de este nivel", indica orgulloso Eneko Ochoa. Y no es para menos, ya que, actualmente, tan solo otros 14 laboratorios en España tienen esta autorización con fines de investigación y, en su mayor parte, están ligados a grandes centros de investigación o multinacionales. Ochoa saca pecho y pone en valor el ecosistema de emprendimiento innovador que hay en el Parque Tecnológico de Bizkaia entorno a la biotecnología. "Disponemos de unas instalaciones y un ecosistema que nos ha permitido conseguir esta autorización tan estricta".
Aleovitro es una startup creada en 2014 que se dedica, entre otras actividades, a cultivar todo tipo de plantas con una tecnología propia utilizando la espectrometría de masas y la micropropagación (es decir, in vitro) e investigar así sobre plantas aromáticas y medicinales singulares o en peligro de extinción, actividades incluidas en la estrategia de especialización inteligchente RIS3 Euskadi.