Además del necesario respaldo de la Junta de Accionistas, uno de los trámites administrativos que quedan pendientes para que Adeslas tenga la luz verde para la toma del control del IMQ es el pronunciamiento de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para que avale que no se produce ningún proceso de concentración que altere la libre competencia del sector. A pesar de que en un principio el objetivo era avanzar lo más rápido posible para cerrar antes de este 2022 la operación, todavía habrá que esperar a este trámite y es que, según han confirmado fuentes de Competencia a 'Crónica Vasca', todavía no se ha registrado la operación en el regulador.
Aún así, no deja de ser un formalismo, informan desde IMQ, ya que la operación no supone ningún cambio en el mercado dado que Adeslas cuenta ya con un 45% de la aseguradora del Igualatorio. La única la repercusión del retraso en esta gestión es la espera que pueda generar el trámite administrativo. Adeslas terminó antes de Navidad el análisis de las cuentas de la entidad sin salvedades reseñables, con lo que confirmó su planteamiento económico de incrementar hasta el 50% su accionariado para, desde ahí, ir comprando las participaciones a los médicos que deseen salir de la entidad. La propuesta de Adeslas fue respaldada por 58% de los socios de IMQ y se presentaba como una forma de desatascar un conflicto de más de dos años entre médicos que querían vender su participación a precio de mercado frente a otros accionistas que querían condicionar la venta libre para no perder el control. Una solución que requerirá del visto bueno definitivo de la Junta de Accionistas que se prevé celebrar antes de Semana Santa.
El análisis de la aseguradora de Caixabank y Mutua Madrileña se centró en las seis sociedades que cuelgan de la matriz del Igualatorio: la aseguradora (IMQ), la que gestiona las clínicas (Vicente San Sebastián) , la inmobiliaria, la de las residencias de mayores (Igurco), la de prevención e IMQ servicios. La compradora tiene ya en la aseguradora un 45%, mientras que en las clínicas y en la inmobiliaria cuenta con un 20%.
El precio final que ofrece Adeslas a los médicos por cada paquete accionarial es de 255.000 euros. La entidad se compromete a no superar el 50% de la aseguradora vasca y requiere, al menos, la venta de más de 100 accionistas en la primera ventana, que luego tendrá nuevas oportunidades de forma indefinida cada dos años. Además, los recursos que emplee Adeslas para aumentar su participación en el IMQ serán siempre ajenos al Igualatorio y provendrán de sus fondos. Además, apoyarán cualquier iniciativa de la dirección del IMQ para incorporar a médicos de la entidad al accionariado. Son las claves que han de plasmarse en el contrato definitivo y en un correspondiente pacto de socios que regule las futuras salidas de los accionistas, así como el modelo de gestión y gobernanza, que Adeslas ha asegurado mantendrá fiel al esquema actual del IMQ.
El Montepío es la institución que hace las veces de fondo de pensiones o EPSV del Igualatorio, el gestor de los ahorros con los que se gestionan esos pagos. Es el único escollo que queda pendiente y es que, a pesar de contar sólo con el 0,01% del IMQ cuenta con una capacidad de veto de la operación que, además, han sancionado los tribunales. La dirección del IMQ recuerda que la mayoría de los accionistas en la Junta puede modificar los estatutos y eliminar esa capacidad de veto del Montepío, una medida que se propondrá para evitar sobresaltos. Mientras tanto, la dirección del IMQ se ha reafirmado en su compromiso de realizar todas las aportaciones previstas al Montepío para la viabilidad del Plan de Previsión Social de los médicos y empleados.