Las agencias receptoras del País Vasco, es decir, las que se ocupan de atraer viajeros a Euskadi, están vendiendo un 50% de lo que facturaban en 2019, antes de la llegada de la pandemia de coronavirus. 

Aunque han mejorado las ventas respecto al año 2020, el del parón total, cuando su actividad se situó en el 20% del 2019, y el verano fue bueno desde el punto de vista de la entrada de viajeros, el impacto de la sexta ola de coronavirus a partir del mes de octubre ha colocado al sector en una situación crítica. Tanto que no prevén que se produzca una recuperación hasta 2023, y eso siempre que el covid-19 lo permita. 

"No tenemos muy claro lo que va a pasar porque la sexta ola ha echado por tierra  muchas intenciones de viajar", señala Lorea Uranga, presidenta de Atrae (Agencias Turísticas Receptivas Asociadas de Euskadi), que estará estos días promocionando el turismo en Euskadi en Fitur, la Feria del Turismo que se inauguró ayer en Madrid.

Aunque reconoce que este año 2022 hay programados ya muchos eventos que en principio deberían atraer viajeros, "las reservas se están haciendo con muchas cautelas", dice. "Se negocian más las salidas que las entradas" porque hay "mucha incertidumbre" sobre lo que va pasar

Por eso, no prevén que pueda hablarse de inicio de la remontada hasta el otoño de este año, "si el verano va bien" y de una "recuperación para la primavera de 2023", siempre y cuando no haya un nuevo repunte de la enfermedad que obligue a nuevas cancelaciones, ya que se trata de un sector del que tira fundamentalmente el mercado internacional y por lo tanto, muy condicionado, recuerda.

Extensión de los ERTE y ayudas

Uranga señala que pese a que han sido uno de los sectores más castigados de la pandemia. se consideran los "hermanos pobres" en lo que se refiere a la recepción de ayudas.

De entrada, piden que se extienda los ERTE por el covid hasta el verano "para poder sobrevivir, y que se habilite algún tipo de ayudas específico para el sector" que palíe las pérdidas, no solo que financie las inversiones futuras, dice. "Necesitamos primero dinero para poder poder invertir".

Recuerda Uranga que en Euskadi hay mucha red de micropymes, "agencias pequeñas que igual no tienen más de 3 trabajadores, y si no se las apoya terminarán por desaparecer y todo quedará en manos de los grandes". Por eso insta al Gobierno vasco a repensar si se apuesta o no por mantener el sector en Euskadi".

El sector pide también al Gobierno autónomo que considere a estas empresas como a las exportadoras, lo que les permitiría acceder a otro tipo de ayudas. "Traemos gente aquí y todo nuestro trabajo repercute en el entorno, desde hoteles a eventos, taxis, museos o restaurantes". "Nosotros contribuimos a generar riqueza aquí", recuerda. "Y luego se da dinero al que hace tornillos en China".