El mundo de las inversiones es un mundo globalizado e internacional, pero cuando a esa afirmación se le ponen cifras, ver la evidencia blanco sobre negro tiene un efecto sobrecogedor. Así, el principal inversor en el Ibex 35 es un fondo con sede en Nueva York, BlackRock, que cuenta con unos 17.ooo millones sobre títulos de valores españoles y que es el primer accionista de 2o de las compañías que cotizan en ese índice.

Otro gigante de las inversiones es Norgest Bank. El banco que gestiona las inversiones que se desarrollen con el sistema de pensiones de Noruega. En total 1,2 billones de dólares es de inversiones que gestiona desde los despachos de Oslo.

9.3oo millones en Euskadi 

Las compañías vascas no escapan a esta dinámica y  estos gigantes misteriosos cuentan en las empresas con sede en Euskadi que cotizan en Bolsa con un capital de 9.381 millones de euros. Supone multiplicar por 31 la cantidad de dinero que el Gobierno vasco quiere inyectar en compañías estratégicas para Euskadi con su fondo de inversión Finkatuz.

En las empresas cotizadas vascas como CAF, Faes Farma, Iberpapel,  Siemens Gamesa, Dominion, Iberdrola o BBVA Norgest Bank suma un total de 3.611 millones de euros, mientras que BlackRock atesora 5.77o millones de euros.

BlackRock cuenta con una posición destacada en dos de las más importantes compañías con sede en Euskadi: BBVA (5,92%) y un 5,16% en Iberdrola, donde tiene gran relevancia. Además, tiene el 2,9% de Siemens Gamesa.

Norgest Bank tiene participaciones en  CAF (3,26%), en Faes Farma (4,12%), Iberpapel (6,o7%), Dominion (3,34%) y también en los gigantes de Iberdrola (3,6%) y BBVA (3,37%).

Fondos de gestión pasiva

Son cifras de enorme dimensión como para quedarse en meros valores de un fondo pasivo que no caiga en la tentación de incidir e influenciar en sus mercados. BlackRock o Norgest Bank se caracterizan por la gestión de sus inversiones con lo que se conoce como fondos de gestión de pasiva. Una alternativa que busca crear una cartera de inversiones que refleje el global de un índice como el Ibex 35. Los gestores de este capital compran acciones en todas las compañías cotizadas con la confianza en la premisa de que el mercado es ya eficiente por sí mismo y de que será difícil batirlo.

Es la apuesta frente a una gestión activa que requiere analistas que sigan y conozcan el mercado, la situación de las empresas y las diferentes coyunturas económicas. Este modelo tiene un coste que muchas veces es superior a las rentabilidades obtenidas. 

Influencia y control

La cuestión es que en los últimos meses aumenta el debate sobre el papel que estos gigantes pueden jugar en este momento de transformación y sobre su control de los mercados en los que operan. Sin ir más lejos, los 9.3oo millones que tienen en compañías vascas los convierten en el primer accionista de las empresas con sede en Euskadi y es relativamente poco lo que se sabe de ellos.

El consejero delegado de BlackRock, Larry Fink, escribe anualmente una carta a los principales directivos y dirigentes políticos del mundo. Una declaración de intenciones en la que viene reclamando reforzar una apuesta por el cambio en el modelo energético para acelerar la transición y descarbonización de la economía. Su posición en Iberdrola (5,16%) y en Repsol (5,1%) le da una gran capacidad de influencia en dos compañías estratégicas para proyectos en Euskadi como el desarrollo de parques eólicos o el Corredor Vasco del Hidrógeno.

Por su parte Norgest Bank, al gestionar el dinero con el que se pagan las pensiones de Noruega, está sometido en su país a un estricto control y cuenta con unas rígidas normas de transparencia. El fondo ha tomado decisiones como abandonar aquellas empresas que no avanzan hacia a una reducción de emisiones o no son escrupulosas con los derechos laborales de sus trabajadores.

Otros actores como BlackRock o Norgest Bank son también Vanguard o State Street, aunque estos últimos tienen menos peso en las compañías con sede en Euskadi.