El director ejecutivo de Siemens Energy, dueño del 67% de Gamesa, no solo no acalla el runrún de una posible OPA de exclusión sobre Gamesa sino que alimenta los rumores en torno a esa posible operación para trocear los activos de la filial vasca y venderlos. En un avance del discurso ante la Junta de Accionistas del próximo 24 de febrero que adelanta la agencia Reuters, Christian Bruch admite que el "negocio de la eólica onshore es y seguirá siendo difícil" y que "los problemas internos también están afectando a los beneficios" de la compañía. Todo un señalamiento a la filial vasca de aerogeneradores, que ha sido la máxima responsable de las pérdidas de la matriz.
En el adelanto de ese discurso, Bruch afirma que ya se han introducido medidas en el negocio de la eólica terrestre, pero reconoce que pasará un tiempo antes de que se note el impacto en esta área. Ahora, el máximo responsable de Siemens Energy anuncia un abordaje "disciplinado y contundente" de la situación y se muestra confiado en que se logre "un cambio de rumbo".
El primer trimestre del año fiscal de Siemens Gamesa ha evidenciado el estallido en su cuenta de resultados del problema de incremento de costes y suministros. Las pérdidas en los tres primeros meses se han ido a 403 millones de euros, lo que supone ya el 64% de las pérdidas acumuladas en todo el ejercicio anterior. Y es que, en tan solo 15 meses el agujero asciende a más 1.000 millones de euros. Es un dato alarmante que provocó el cambio en la dirección de la compañía con la salida de Andreas Nauen.
El negocio que más está impactando en las pérdidas es la eólica terrestre que tuvo un impacto negativo de 289 millones sobre el ebitda (beneficios antes de impuestos) del pasado 2021. Es decir que el negocio de los molinos de tierra supone el 71% de las pérdidas de la compañía. Una división que es la que centra los activos de las plantas de la antigua Gamesa y las instalaciones en España y Euskadi de la compañía. Un hecho que que está comprometiendo el futuro vasco de una de las compañías históricas de Euskadi que nació con el impulso de Iberdrola y el BBVA.
La situación, focalizada en el negocio que llena la cartera de la antigua Gamesa y de las plantas de la firma en Euskadi y España, aumenta la preocupación sobre la situación en que pueden quedar. La compañía no descarta ajustes de plantilla y la opción de pérdida de peso y presencia en País Vasco crece. Los rumores en Alemania, alentados por el Deustche Bank, al señalar altas probabilidades de una absorción por parte de Siemens Energy del 100% de la compañía anticipan una OPA de exclusión. Una posibilidad que también ha reclamado el fondo Union Investment, accionista de la matriz de Siemens Gamesa. Se trata de un movimiento por el que Siemens Energy (67% de las acciones) compraría el 30% al resto de accionistas para sacar la compañía de Bolsa. Es una operación habitual antes de poner a la venta activos o partes de la empresa. Y es que el pasado mes de mayo, la CNMV suspendió la cotización de Siemens Gamesa al filtrarse que se estaba realizando un estudio para determinar el valor de los activos de la antigua Gamesa.