El ecosistema en torno al hidrógeno va tomando cuerpo en Euskadi y empiezan a darse pasos concretos hacia el gran objetivo de convertir a este elemento en la fuente que lidere la transición energética. Brotan las iniciativas y algunas echan a andar, como es el caso del proyecto de investigación H2 Sarea presentado este lunes, sin que esté claro el marco regulatorio que las va a arropar. La propios responsables de H2 Sarea mostraban su preocupación por este punto y recordaban que en estos momentos la normativa es un corsé. Si como se espera ya a finales de este año están operativos los primeros engranajes de la gran maquinaria del hidrógeno verde urge acelerar los plazos para que la legislación no imponga retrasos y pueda suponer no acceder a convocatorias de ayudas europeas.
La propia Nortegas fija en la parte final de este año el arranque de su nueva planta de producción de hidrógeno verde de Boroa, en Amorebieta. Se prevén generar aquí 1.500 toneladas anuales de hidrógeno limpio, parte irá a la propia planta de ciclo combinado de Bizkaia Energía y la otra parte se prevé inyectar en la red de distribución de Nortegas mezclado con gas natural. La empresa que preside Iñaki Alzaga es uno de los tractores del ecosistema vasco del hidrógeno y tiene gran interés en poder aprovechar la red gasista para mover esta nueva fuente de energía limpia. Asimismo, junto con Petronor pondrá en marcha un nuevo hidroducto entre la refinería y el nuevo parque empresarial y tecnológico de Abanto Zierbana, otro de los puntos neurálgicos también en cuanto a infraestructuras para el estudio y el almacenamiento de hidrógeno.
Almacenamiento y transporte son las claves que marcarán cuál es la dimensión final de esta fuente de energía, y hay en marcha también un estudio para analizar su conexión con la eólica marina. En concreto, Hyshore es una iniciativa que estudia cómo puede transportarse el hidrógeno desde el mar, principalmente por tubería y por barco, que lidera la ingeniería Boslan y cuenta con la participación del Foro Marítimo Vasco, Murueta, Tubacex o el Gobierno vasco a través de la Spri. Todas estas propuestas se intergan bajo el paraguas del Corredor Vasco del Hidrógeno que lidera Petronor y que cuenta con la participación de casi 80 empresas. Su máximo responsable, José Ignacio Zudaire, viene insistiendo en la importancia de actualizar la normativa para no pillarse los dedos con los tiempos. Viene un boom del hidrógeno, además de la mano de importantes incentivos económicos por parte de Europa, y los deberes están sin hacer en materia regulatoria.
Llegar al 20%
El ejemplo más claro se comentaba este lunes en la presentación del proyecto de investigación H2 Sarea. En estos momentos ya es posible hacer viajar un 5% de hidrógeno junto al gas natural, pero pronto se va a comprobar que ese esa proporción puede incrementarse. Se trata de un estudio con un ciclo de vida de tres años, pero se espera que ya a finales del año que viene arroje resultados concluyentes sobre la posibilidad de elevar ese listón hasta el 20%, como ya se está demostrando en otros países. Incluso no se destacarta alcanzar mayores cotas. Para ello se harán todo tipo de pruebas con tuberías y válvulas que ya están en uso para determinar si sufren alteraciones con la mezcla. Pero más allá de la cuestión física y material, hay que actualizar la regulación, que lógicamente mira sobre todo desde la óptica de la seguridad, para hacer todo esto posible, se insistía ayer a los periodistas desde Nortegas.
"Falta seguridad jurídica para las inversiones millonarias que se proyectan", se indicaba desde Petronor el pasado mes de febrero, en una advertencia clara respecto a la parálisis que puede generar esta incertidumbre a nivel normativo. Desde el Corredor Vasco del Hidrógeno se ha puesto en marcha una comisión para acelerar el proceso con las administraciones públicas y se ha pedido al Gobierno vasco que medie con el Ejecutivo de Pedro Sánchez para favorecer estos cambios que fundamentalmente deben implementarse a nivel europeo.