Poco a poco, la economía circular gana terreno en Gipuzkoa, así como las empresas que fomentan la segunda vida de los desechos, pero “necesita todavía asentarse”. Así lo pone de manifiesto el estudio del clúster guipuzcoano del reciclaje GK Recycling publciado en febrero y que expone una primera foto con los datos del impacto de este modelo sostenible en el territorio. No obstante, Gipuzkoa cuenta con diversas iniciativas desarrolladas en empresas sostenibles que apuestan por la revalorización de los residuos para devolverlos a la cadena de valor.
El clúster congrega a 88 empresas que facturan más de 1.425 millones de euros al año, es decir, el 5% del PIB de Gipuzkoa, y agrupa 6.587 puestos de trabajo. El trabajo de estas empresas permite rescatar más de 800.000 toneladas de residuos a los que se da una segunda vida. Del total, el grueso sirve como fuente de energía al ser quemados, apenas un 5% se reinventan con otros usos y solo un 1,45% es reutilizado. Por tanto, aún queda mucho por conseguir que estos desechos lleguen a convertirse en otro producto final dándoles una revalorización.
El modelo de consumo asentado despoja de valor al producto usado y lo considera desecho o residuo. La economía circular propone un cambio del paradigma con el que, entre otros, los subproductos orgánicos procedentes de la industria alimentaria como el aceite usado o los posos del café vuelven a revivir con un nuevo uso.
Transformar el poso del café en alimento ganadero
En esta línea, en Kafea.eco reciclan cápsulas y posos de café, los cuales se transforman en papeleras y bancos urbanos, contenedores de reciclaje o sustento de ganadería. Desde esta empresa con sede en Aduna, advierten que con la escasez de suministros actual “muchos materiales vírgenes están siendo complicados de adquirir”, por lo que proponen un modelo de innovación local que produzca “materiales sostenibles y competitivos”.
En Kafea.eco aprovechan el subproducto del café para darle una segunda oportunidad, situarlo en la cadena de valor y transformarlo en alimento de ganadería como vacas y ovejas. Se trata de una iniciativa que forma parte del proyecto europeo Life Ecoffeed, coordinado por AZTI. En 2021, en Gipuzkoa reciclaron 56.700 kilos de posos de café y 4,5 millones de cápsulas.
A su vez, apuntan que para reciclar correctamente los residuos del café, el poso debe ser depositado en el contenedor marrón y las cápsulas, por su parte, “tienen un problema” ya que no son envases y no se deben tirar al contenedor amarillo. Por ello han diseñado un contenedor especial con 44 puntos en San Sebastián, un proyecto piloto que cuenta con el apoyo del departamento de Medio ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
El aceite vegetal usado se convierte en biodiésel
En la línea de la sostenibilidad, pero con un objetivo contrario al de Kafea.eco, la iniciativa de Ekogras evita, entre otras cosas, que el aceite vegetal usado no apto para el consumo humano entre en la alimentación de animales de granja.
Esta pequeña empresa con sede en San Sebastián se encarga de recoger, transportar y gestionar el aceite usado de la hostelería, la industria o el recogido en sus contenedores de reciclaje para transformarlo en materia prima y elaborar biodiésel de segunda generación. Ekogras gestiona más de 500 contenedores aptos para el reciclaje correcto del aceite usado y atienden a una población de 800.000 personas.
Por tanto, se constituyen como "un punto de encuentro necesario para el medio ambiente" por el que a través del reciclaje del aceite vegetal usado, conectan a sus productores con la industria del biodiésel, garantizando su doble vida.