La empresa Vicinay, fabricante de cadenas marinas de grandes dimensiones, encara un año prometedor después del bache sufrido por la paralización de proyectos por la pandemia. Vicinay Sestao, corazón del grupo Vicinay Marine, ha sumado a su cartera recientemente carga de trabajo para afrontar con garantías los próximos meses gracias a su posicionamiento en el mundo de la eólica marina, en concreto en los incipientes proyectos para generar energía por este canal a través de plataformas flotantes. Esta puerta obliga a acelerar ritmos productivos aunque la empresa no aclara si tiene previsto salir a corto plazo del último expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) que se puso en marcha en diciembre.
La compañía con sede en Sestao ha trabajado tradicionalmente en el mercado de extracción de gas y petróleo en alta mar, pero en los últimos años mira como alternativa a la industria eólica flotante, donde se ha posicionado bien con protagonismo en la mayoría de los proyectos piloto construidos en todo el mundo, principalmente en Europa y Japón. En ese sentido la eólica flotante es una de las joyas de la corona dentro del proceso de transición energética en Euskadi, con diversos proyectos clave como DemoSath, liderado por la ingeniería vizcaina Saitec y en el que participa la propia Vicinay, que se marca como objetivo colocar un aerogenerador flotante experimental próximamente en aguas de Armintza.
La firma de Sestao es impulsora asimismo del proyecto Flow, alumbrado antes de la pandemia por un consorcio de compañías vascas punteras para desarrollar tecnología para instalar aerogeneradores flotantes. La gran profundidad del suelo marino a pocos metros de la costa cantábrica fuerza a Euskadi a apostar por este tipo de estructuras flotantes para aprovechar la fuerza del viento que, como señalan desde Vicinay, aunque a día de hoy aun no son una realidad cuentan con un futuro prometedor.
"El mercado eólico flotante marino es incipiente, pero tiene un gran potencial ya que es una de las alternativas para conseguir la transición energética hacia fuentes renovables y de reducido impacto ambiental", señalan desde la compañía de cadenas, y se recuerda que para 2050 el objetivo de la Unión Europea es que la eólica represente la mitad de la generación eléctrica, lo que implica multiplicar por 20 su capacidad instalada actual.
Aunque como el resto de industrias no se libra de la presión de los precios y acusa también los problemas en la cadena de suministro de acero, Vicinay encara 2022 en mucho mejor posición que los dos años anteriores. "Tenemos unas perspectivas de trabajo más prometedoras de cara a futuro teniendo en cuenta la independencia energética que se está abordando en Europa, tras la guerra de Ucrania, y la necesidad de generación energética mediante energías renovables marinas en las que estamos bien posicionados", se indica.
El ERTE, a juicio
Superado el bache desde la compañía se asegura que la idea es aumentar la producción y el ritmo de trabajo en los próximos meses, aunque no se aclara si eso supondrá levantar el ERTE en que está inmersa la plantilla debido al parón de pedidos por el covid. Aunque el último expediente entró en vigor el pasado diciembre, la empresa acumula medidas de regulación de empleo prácticamente desde el inicio de la pandemia.
Este mismo lunes se celebra el juicio de este último ERTE, denunciado por los sindicatos y que reduce la jornada de la plantilla hasta el 60%. El comité denuncia que pese a la reducción de jornada Vicinay Sestao está asumiendo trabajadores de otras firmas del grupo y reclama la retirada del expediente. Asimismo se denuncia que la dirección incumple lo firmado en el pacto de empresa y la subida salarial de este año ha sido inferior a la subida del IPC en 2021.