Los "problemas de suministro de piezas" siguen aquejando la producción de Mercedes. Hace un par de semanas, la factoría de Vitoria aceleraba la producción y activaba cinco sábados para ponerse al día, recuperar la producción perdida por los parones anteriores y entregar los vehículos comprometidos. Sin embargo, la falta de componentes sigue afectando a todo el sector, más con el puerto de Shangai cerrado, y esto lleva a Mercedes a desactivar el sábado 14 de mayo, al igual que lo hizo el 30 de abril.
La dirección de Mercedes ha comunicado la decisión de mantener la actividad productiva en los tres turnos de lunes a viernes la próxima semana, la suspensión del trabajo este sábado y la necesidad de activar el sábado día 21 para recuperar producción perdida. Así se lo ha hecho saber a la plantilla. Una plantilla que no está del todo conforme con estas activaciones de los sábados. De hecho, LAB y ESK han llamado a la plantilla a secundar una huelga los sábados que la empresa establezco como laborales, al considerar que la dirección "abusa de la flexibilidad". Desde ELA, fuentes del sindicato aseguran que no van a secundar dichos paros y CCOO tampoco lo hará porque no lo ve "una buena idea".
En esta misma reunión, la empresa ha cedido a las peticiones del comité y ha afirmado que va a reabrir la mesa de negociación del convenio. Y todo se retomará tal y como se quedaba el pasado 31 de febrero, cuando la empresa paralizaba las conversaciones hasta que se conozca en qué fábrica de la multinacional se fabricará el nuevo modelo eléctrico.
Este nuevo vehículo supone una inversión de más de 60.000 millones para ejecutar entre 2022 y 2026 en sus diferentes plantas. El plan afecta de lleno a la planta de Mercedes en Euskadi que afronta una ampliación con una inversión inicial de cerca de 800 millones de euros y que centrará parte de su trabajo compatibilizar su línea de montaje con la variante eléctrica y con el objetivo de adjudicarse la construcción del nuevo vehículo. En paralelo, y lastrada por los parones, la compañía sigue con las previsiones productivas en el aire a pesar de arrancar 2022 con la premisa de ser un año "récord" por encima de las 158.000 furgonetas.