El incremento de los costes de las materias y los retrasos en la entrega de componentes obliga a la industria cervecera vasca a trabajar con menos márgenes de beneficio y, en algunos casos, a subir el precio de sus cervezas. Fábricas como La Salve, Laugar, Gross o Drunken Bros tantean las previsiones de final de año con “incertidumbre”. Eso sí, el e-commerce, que experimentó un ‘boom’ durante el confinamiento, ha sido el salvavidas de algunas de ellas. Las ventas online les ha permitido mantenerse a flote e incluso crecer el grueso de sus ventas durante los últimos años.
En la cervecera La Salve, con sede en Bilbao (Bizkaia), si bien lidian con la “tensión” de la subida de costes y con plazos de entrega mayores que hace dos años -uno o dos meses de retrasos-, aún no han procedido con una subida de sus precios motivada por la inflación. Si bien subieron en enero el precio de sus productos, fue “una subida habitual”, apunta Eduardo Saiz, director de Cervezas La Salve.
En lo que a 2022 respecta, el consumo “se está comportando bien”. Saiz adelanta que las previsiones para el verano “son buenas”. Eso sí, una vez termine la época estival, lo que está por venir “es una incógnita”. El director de la cervecera vizcaína explica que mientras antes planificaban sus previsiones o estrategias a largo plazo, ahora su horizonte inmediato es el verano, el corto plazo, dada la incertidumbre del mercado.
Quienes tampoco pueden hacer previsiones a medio-largo plazo son los cerveceros de Laugar. Desde su fundación en mayo de 2014, la fábrica de Gordexola (Bizkaia) tuvo una tendencia al alza hasta el impacto del Covid. La pandemia les pilló instalando tanques nuevos para ampliar su producción. Una inversión que “aún se está pagando y amortizando”, apunta Txus Cabrera, cofundador de Laugar.
A lo largo de los últimos años se han mantenido con una facturación estable. Mientras en 2019 alcanzaron los 550.000 euros, un año después facturaron 530.000. Si bien en 2021 retomaron el ritmo de 2019 con la misma facturación, en 2022 “la tendencia es a la baja”, lamenta Cabrera, y añade que manejan cifras de 2018 cuando registraron una facturación anual de 470.000 euros.
Aumento del precio de la cerveza
En Laugar se han visto obligados a subir un 5% el precio de sus cervezas. Este incremento viene impulsado por los sobrecostes de su producción: el precio de la botella ha subido un 50%, el cartonaje lo pagan el doble que año y medio, y la energía ha subido un 500% en los dos últimos años, explica Cabrera. Además, las exportaciones, que en 2018 suponían el 35% de su facturación anual, el año pasado solo constituyeron el 18%.
En Drunken Bros han subido el precio de sus cervezas entre un 10 y un 12%. Marti, responsable administrativo de la firma, explica que de enero a junio intentaron no aumentar los precios pero manejaban costes por encima del 15%, incluso del 20%. Hasta este mes han trabajado "con muy poco margen, rozando el costo". Además, la semana pasada sus proveedores de envases les advirtieron de un incremento de sus costes, algo que tal vez obligue a esta fábrica cervecera artesanal a volver a incrementar el precio final de sus productos.
El año pasado Drunken Bros aumentó la facturacion y la cuadruplicaron respecto a la de 2019 gracias a una instalacion nueva que les permitió multiplicar la producción. "En 2019 vendíamos 30.000 litros y en 2022, 140.000", señala Marti.
En Donostia, la cervecera Gross se han visto obligados a subir sus precios finales en torno a un 5 y un 7% tras años sin modificarlos, "un incremento muy por debajo de lo que deberiamos haber aplicado", señala Andoni Galdos, gerente y fundador de la cervecera donsotiarra. No obstante, a pesar de la incertidumbre del mercado actual, los números de esta fábrica son positivos y no dejan de ir al alza al ritmo marcado en los últimos años. Así, mientras en 2019 facturaron 362.000 euros, en 2020 duplicaron y en 2021 casi la triplicaron con 880.000 euros. Para el ejercicio actual se muestran optimistas y esperan rondar los 1.200.000 euros.
Esta tendencia positiva de los últimos tres años a pesar de las dificultades presentes que afectan al mercado les permite realizar una previsión para 2023, año en el que pretrenden alcanzar la capacidad productiva plena y alcanzar los 1.500.000 de euros de facturación, que "sería el tope para nuestra fábrica actual". Además, con un mercado consolidado en Gipuzkoa e Iparralde, han abierto nuevos frentes en Europa: Bélgica, Suiza, Alemania, Hungría y Rumanía, entre otros.
El impulso del e-commerce cervecero
Además de en su receta, el secreto del éxito de Gross se debe a su estrategia de e-commerce. En 2020 experimentaron un "boom" gracias al grueso de las ventas online que registraron durante el confinamiento. "La mayoría de las cerveceras no tenían web online, nosotros sí la teníamos, y nos dio mucho 'punch' de caja y de presencia, nos conoció mucha más gente", recuerda Galdos.
Gracias a este impulso, en 2021 consiguieron seguir creciendo a pesar de que fue "un año raro". Este año han desenvolsado una inversión de 200.000 euros para duplicar su capacidad productiva y también han contratado a un maestro cervecero que "es el único en España que tiene formación para tal con título oficial de Munich".
En esta línea, la cervecera vizcaína La Salve cerró 2021 con una facturación que superó a la de 2019 por la influencia del e-commerce. En el primer año de la pandemia habilitaron la opción de compra de sus cervezas a través de su página web con entrega directa al consumidor final. “La pandemia cambió los hábitos de consumo y se están manteniendo”, apunta Saiz, quien asegura ser “la cerveza que más vende online en España”.