Iberia y Repsol, ha inaugurado este miércoles sus primeros vuelos de largo recorrido que usarán biocombustible fabricado en la refinería vizcaína de Petronor. Los rumbos serán Washington, Dallas y San Francisco, en Estados Unidos. Los aviones van a volar con biojet producido en 2021 en Petronor, a partir de residuos de la industria agroalimentaria no aptos para el consumo humano. Todos ellos estarán operados con la flota Airbus A300-200, con capacidad para 288 pasajeros. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha asegurado que esto es un paso más en su alianza para reducir las emisiones en el sector aeronáutico.



El primero de ellos es el vuelo inaugural entre Madrid y Washington. Una ruta que Iberia ya operó anteriormente, desde 2007 por un período de más de cuatro años, y que tenía previsto lanzar de nuevo en mayo de 2020, pero la pandemia frenó estos planes. El segundo es a Dallas, un destino nuevo de la aerolínea española, y el tercero, a San Francisco, ruta que la compañía recupera tras la crisis sanitaria, según la información proporcionada a Efe en el aeropuerto de Madrid antes de la salida del vuelo a Washington.

No es la primera vez que el biojet con residuos fabricado en Petronor se emplea en un vuelo comercial. Ya en noviembre del 2021, se estrenaba en un vuelo regular Madrid-Bilbao IB 426, operado con el AirbusA320neo de la aerolínea, con capacidad para 180 pasajeros. En aquel momento, la compañía lo calificado como "un hito relevante en la producción de combustibles con baja huella de carbono" que suponía una evolución en la descarbonización de los combustibles para transporte aéreo, un segmento donde "la electrificación no es viable por el momento".

Javier Sánchez-Prieto, presidente de Iberia y Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol. / Petronor

Por delante de las medidas europeas

Con estos tres vuelos, Iberia y Repsol se adelantan a las medidas de la Unión Europea que, a través del paquete 'Fit For 55', fijará para 2025 la obligación de un 2% de combustible de aviación sostenible, al incorporar dicho porcentaje de SAF, permitiendo una reducción de emisiones a la atmósfera de 125 toneladas de CO2.

De cara al futuro, en los dos próximos años, Repsol e Iberia colaborarán en varios proyectos más: la operación de vuelos con un porcentaje de biocombustible que puede llegar hasta el 50% producido en la planta de Cartagena, en la utilización, también en vuelos, de fuel sintético producido en la planta de Petronor y, para los vehículos de servicios aeroportuarios, el uso de aceite vegetal hidrotratado.