La guerra de Ucrania ha forzado un giro de cintura en la política de compras de Petronor. La refinería vizcaina cerró el grifo al petróleo ruso nada más comenzar el conflicto bélico y ya en mayo el porcentaje de crudo de Moscú ha sido únicamente el 0,5% del global importado. Para compensar esta carencia Petronor debe tirar de otros exportadores y las preferencias están de momento fuera de los grandes socios como son México, Oriente Medio o el Mar del Norte y entran en la ecuación países como Brasil o Angola.

Desde la filial de Respol se transmite plena tranquilidad en el sentido de que en ningún caso se esperan problemas de abastecimiento tras haber dejado de comprar en Rusia, si bien se indica también que es el equipo de la propia Repsol el encargado de tomar decisiones sobre proveedores. "Petróleo hay de sobra en el mundo", indican fuentes de la refinería de Muskiz, que no señalan a ningún socio en concreto y apuntan más a un reparto de esa parte de la tarta, más de una cuarta parte, que deja la ruptura de relación comercial con Moscú.

En el primer mes con el grifo ruso cerrado, marzo, Petronor aun trajo del gigante ruso el 2,5% de sus importaciones, un porcentaje anecdótico frente a las casi 400.000 toneladas que compró a Brasil, según datos de importaciones del territorio histórico vizcaino de Eustat. Para hacerse una idea de la fuerza con la que entra el país latinoamericano en la refinería vizcaina basta con comparar esa cifra con el global anual de compras cercano a ocho millones de toneladas (7,7 millones en 2021), de las que unos dos millones corresponden a Rusia.

Solo con la entrada en escena de Brasil y Angola, que aporta 150.000 toneladas en marzo, se cubre en un mes más de una cuarta parte del volumen de crudo que se trajo de Rusia en todo el ejercicio pasado. En el caso del gigante latinoamericano sí tuvo cierta relevancia en el conjunto de la tarta hace unos años, pero en 2020 y 2021 su aportación a Petronor cayó a plomo. De hecho el año pasado solo se recurrió a Brasil de forma puntual en una ocasión con una recolección testimonial de 130.000 toneladas. La guerra de Ucrania fuerza a Repsol a dotar a este socio de mayor relevancia como ocurre con Angola, prácticamente inédito en los últimos años.

EEUU y Mar del Norte

Además, aunque a un nivel menor en volumen de toneladas, hay aportaciones relevantes de EEUU y Noruega (Mar del Norte), este último un socio comercial de perfil alto últimamente. El Mar del Norte rozó el 10% de la aportación a Petronor el año pasado, solo superado por Oriente Medio (17%) y México (32%), además de Rusia. Ninguna de estas dos opciones parece la preferida por Repsol para compensar el vacío ruso, de hecho en marzo no hubo importaciones procedentes de México. Se entiende que los movimientos hacia vendedores con menos peso se enmarca en esa apuesta de la compañía energética española por no alentar la dependencia de ningún país en concreto.

Por otro lado, el año pasado hubo una aportación próxima al 5% del norte de África, un 4,5% de Canadá y EEUU, un 4% de África Occidental y un 1,6% del tándem Venezuela/Brasil, según datos facilitados por la compañía vizcaina.

Salida del túnel

Petronor ha vivido unos últimos ejercicios complicados a nivel de producción principalmente por las medidas gubernamentales para hacer frente a la pandemia y la caída del consumo de carburantes. Eso se traduce también en un descenso de las importaciones, que pasan, teniendo en cuenta únicamente crudo, de los 9,5 millones de 2019 a 8 millones en 2020 y algo menos en 2021. Esa menor actividad se ha aprovechado para acometer importantes inversiones enfocadas a modernizar y dotar de nueva tecnología a las instalaciones de Muskiz.

A partir de ahora el escenario es mucho más amable, en primer lugar por la finalización de las restricciones a la movilidad. Además Petronor puede verse beneficiada por las medidas adoptadas por la Unión Europea a finales de mayo para limitar ya de manera oficial y coordinada la compra a Rusia de petróleo y sus derivados, lo que va a impulsar la actividad de las refinerías del arco Atlántico.

La compañía que dirige Emiliano López Atxurra está liderando diversos proyectos en el marco de la transición energética en Euskadi y recientemente ha empezado la construcción en el Puerto de Bilbao del llamado hub de descarbonización, cuyo eje es una planta de fabricación de combustibles sintéticos a partir de hidrógeno verde que cuenta con una inversión de 103 millones de euros y que estará operativa en 2024. Es un proyecto pionero para aprovechar corrientes industriales con CO2 que, mezcladas con hidrógeno generado en el propio puerto, da lugar a combustibles sin emisiones netas.