La de esta semana ha sido una Bienal de Máquina Herramienta especial por muchos motivos. Hacía cuatro año que proveedores, fabricantes y distribuidores no se veían las caras en los pabellones del Bilbao Exhibition Centre (BEC), y no han sido cuatro años tranquilos, precisamente. Desde el inicio de la pandemia han pasado muchas cosas con incidencia directa en el sector, obligado a maniobrar para adaptarse a las nuevas necesidades de los clientes.
Suavizada la crisis de suministros, que aun fuerza ciertos retrasos, combatir los elevados precios eléctricos es la obsesión de la industria. La firma bilbaína Sacine está especializada en la refrigeración de grandes plantas industriales por dos vías, el enfriador evaporativo portátil, enfocado al enfriamiento de motores y equipos, y otra más tradicional como es un sencillo ventilador de grandes dimensiones. La búsqueda de ahorro en la factura ha disparado la demanda de estos ventiladores gigantes, con un diámetro de más de siete metros, según explica Asier Soldevilla, responsable de logística y marketing. "Estamos notando mucho el tirón. Las empresas necesitan gastar menos en energía, es primordial", dice Soldevilla.
El artilugio de Sacine, instalado ya en grandes factorías como acerías, fundiciones o industrias químicas, cubre una superficie de 40 metros y una altura de 15 y permite rebajar la sensación térmica y homogeneizar la temperatura de la planta. Esto permite que los sistemas de refrigeración funcionen durante menos horas, es decir, es una ayudita para gastar menos electricidad. Entre un 25 y un 30% menos, concretamente, según Soldevilla, con una rentabilidad rápida. La compañía vizcaina, con una veintena de trabajadores y unas ventas anuales que rondan los 3 millones de euros, está aprovechando la ventana de oportunidad que abre la crisis energética y sigue captando clientes a nivel nacional con expectativas de seguir creciendo el año que viene.
La tecnología mira a la eficiencia energética. La ingeniería guipuzcoana Larraioz Elektronika es una pyme que ofrece soluciones tecnológicas a todo tipo de ámbitos industriales, desde máquina herramienta hasta aeronáutica pasando por packaging o alimentación. La demanda de ahorro energético de los clientes obliga a reinventarse y la firma de Zarautz ha expuesto en la Bienal sus últimos robots capaces de devolver a la red la energía que generan al decelerar. El otro punto de ataque a la factura viene por el lado del peso de forma que la máquina debe aligerarse a toda costa. "La pelea para hacer un robot cada vez más eficiente es constante", dice Xabier Iturralde, responsable técnico de la empresa guipuzcoana, que trabaja con marcas como IAI o Kawasaki.
En cuanto al ahorro, Iturralde hace referencia a los robots de paletizado presentes en todas las plantas industriales, y apunta a un coste entre un 30 y un 40% más bajo en comparación con maquinaria menos eficiente. Por otro lado Iturralde indica que en la empresa vasca falta "un cambio cultural" en relación al gasto eléctrico, de forma que "no se piense tanto en la solución más económica a corto plazo, sino en la que más rápido se va a amortizar". "Se siguen usando cilindros neumáticos para movimientos lineales con unos costes eléctricos salvajes. Claro, el aire es gratis pero comprimirlo no", dice, y añade que un dispositivo eléctrico de este tipo, frente a uno neumático, cuesta más pero puede amortizarse en tres o cuatro meses.
Alternativa solar
Frente a la opción de reducir el gasto está el contar con una vía de producción energética alternativa. A eso se dedica Greenkw, empresa bilbaína con más de un centenar de trabajadores que desarrolla proyectos para el autoconsumo de energía solar. "Casi cualquier empresa puede hacer autoconsumo solar", dice Igor Vega, responsable de proyectos de la vizcaína, que cuenta con más de 2.500 instalaciones en España y oficinas, además de Bilbao, en capitales como Madrid, Barcelona o Sevilla. ¿Se nota una mayor demanda por parte de las empresas ahora que la factura está disparada? "La situación es de precios en máximos históricos. Son subidas bestiales que la industria no puede repercutir al cliente. Sí, se está notando mucho interés por nuestros proyectos. Y luego ayuda que hay fondos europeos", dice Vega.
Ese incremento de la demanda se traduce en una mejora del negocio de Greenkw, que trabaja con colegios, centros de formación, empresas de logística y almacenes o de perfil más industrial como Leike o Prefabricados Alberdi. La inversión se amortiza en una horquilla de entre 4 y 7 años, y a partir de ahí una empresa puede cubrir con energía solar hasta un 40% del gasto energético que además incide en los momentos con el kilovatio más caro.
Fruto de las buenas previsiones y tras las dificultades de abastecimiento desde China, la firma bilbaína tiene en stock en el Puerto de Bilbao hasta 5 megavatios en paneles solares (en torno an diez campos de fútbol). El objetivo es que el almacén esté siempre lleno para que ningún proyecto se quede colgado.