Las terapias y los fármacos avanzados son uno de los ejes sobre los que Euskadi quiere construir su economía futura. Un sector al que el Gobierno le ha visto mucha prioridad y la ha incluido como una de las piezas claves del plan Euskadi Next. Basque Pharma Labs 4.0, Viralgen u Osasunberri son algunos ejemplos de las iniciativas con las que la comunidad autónoma quiere posicionarse en el mapa de la medicina del más alto nivel. Una medicina donde firmas como I+Med también están tratando de situarse.
En el caso de la cooperativa alavesa, con su proyecto estrella presentado hace tres meses: el Instituto Biomédico de Nanohidrogeles Inteligentes. Dicho de otra forma, un centro con el que esta firma fundada por socios científicos en 2013, pretende desarrollar un proyecto de nanomedicina con el que personalizar los tratamientos mediante unos hidrogeles que llevan las sustancias activas y fármacos que necesita cada paciente, pero que ya configurados para ser liberados en la mejor situación para cada paciente y dirigido específicamente hacia las células que necesitan de esos fármacos. Algo que permitirá que cada paciente reciba un tratamiento mucho más personalizado y mucho más efectivo.
Esa liberación de las sustancias se configura o se carga previamente para que ese proceso se dé cuando se detectan variaciones como pueden ser el pH, la temperatura, el propio paso del tiempo o la actividad mecánica del paciente en cuestión. Algo "muy infrautilizado por desconocimiento" con lo que, según afirma en declaraciones a 'Crónica Vasca', el director y socio fundador de esta cooperativa alavesa, Manu Muñoz, "se van a solventar innumerables desafíos médicos que hoy en día requieren de técnicas mecánicas o que implican una agresión sobre células sanas del paciente".
La compañía alavesa, para ello, está realizando este centro, que aunque no estará completamente concluido en Miñano a finales de 2024, según el propio Muñoz, será a comienzos de ese año cuando ya se empiece a trabajar en la planta -antes tendrá lugar una inauguración a finales de 2023- con la que la cooperativa científica espera dar empleo a 60 profesionales vinculados a este sector de la industria farmaceútica inteligente, necesitado de perfiles con alta cualificación. El nuevo centro finalmente verá colocar su primera piedra "a finales de este verano" y contará con el 80% de su plantilla dedicada a la investigación. Aunque inicialmente el edificio contará con una superficie de 3.600 metros, la empresa ha reservado una parcela anexa de 10.000 metros cuadrados para una posible ampliación y expansión del Instituto.
Con un 'expertise' en este ámbito centrado en productos inyectables capaces de atender a ramas tan diferentes como la oftalmología, la traumatología o la estética, este nuevo centro permitirá a la cooperativa -más centrada en el I+D que en la producción en cualquier caso- multiplicar hasta por diez su producción y, sobre todo, seguir extendiendo sus líneas de investigación hacia nuevas aplicaciones, formatos y modalidades personalizadas de estos nanohidrogeles con fármacos para los pacientes de distintas enfermedades. En el caso de los cosméticos algunas líneas de producción verán crecer su capacidad máxima hasta en quince veces lo que ahora dan de sí a lo largo de los primeros años del nuevo instituto. Es "un cambio muy significativo", añade Muñoz para una firma que espera ver cómo su volumen de negocio se multiplica por 2,5 con este nuevo centro.
Tres de cada cinco euros, en equipamiento y atracción de talento
Para esa nueva planta, la empresa va a invertir 20 millones de euros de los que ocho irán destinados a la planta en sí y doce, en cambio, se usarán para adquirir nuevos equipos de alta tecnología y en la retención del talento, uno de los grandes problemas de Euskadi según han señalado ya en varias ocasiones las patronales. Entre los equipos estarán espectrómetros de masas capaces de distinguir núcleos de átomos, reactores, equipos de cromatografía aparte de otros dispositivos más conocidos como centriguradores, autoclaves o envasadoras.
En cuanto a los plazos para recuperar la inversión, Muñoz señala que inversiones así "se rentabilizan, pero en el largo plazo". El director de la cooperativa incide precisamente, preguntado sobre esto en que el objetivo de su firma es "poner a la ciencia y a las personas por delante de los números". "Trabajamos en productos y proyectos que mejoren la realidad de los pacientes y la sociedad, que es lo que tratamos de hacer todos los días de la semana", remata Muñoz.
I+Med cuenta actualmente en el mercado con nueve referencias y tiene seis patentes tecnológicas. En este momento trabaja en 18 proyectos que verán la luz próximamente.