En un momento en el que el sector primario de Euskadi afronta una 'tormenta perfecta' de inflación, sequía, precios y falta de relevo generacional, la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC) ha hecho público este lunes un informe sobre la situación de agricultores y ganaderos en el seno de la cadena agroalimentaria. El sector es uno de los más potentes de Euskadi: toda la cadena de valor genera más del 9% del PIB vasco y aúna 138.034 empleos directamente ligados entre toda la cadena de valor que conforman supermercados, productores, distribuidores, hostelería... Sin embargo, el sector más amenazado, sin lugar a dudas, es el de los productores agroalimentarios, que según el informe de la AVC sufren una "doble presión inversa" a la hora de negociar precios que está ahogando a agricultores y ganaderos y que está haciendo "peligrar la viabilidad" de este sector en Euskadi.
Entre las principales amenazas subrayadas por el regulador vasco están "las exigencias de la producción, la caída de los precios percibidos, el aumento de los daños por fenómenos climáticos, la volatilidad de las cotizaciones de las materias primas y la falta de equilibrio en la fijación de precios en la cadena alimentaria". A este último punto es al que más atención dedica Competencia en su informe, haciendo un especial hincapié en la "debilidad negociadora" por la que pasan los productores vascos. La AVC constanta en su informe esa sensación de vulnerabilidad que perciben los agricultores y subraya "la carencia de un poder de negociación equiparable al de otros operadores de la cadena de suministro".
Eso, según el organismo que lidera Alba Urresola, está conduciendo a que los agricultores y los ganaderos sufran "prácticas comerciales desleales" como retrasos en los pagos, modificaciones de los contratos de forma unilateral, la inserción de claúsulas abusivas o la falta de información sobre los precios. De este modo, los productores, según la AVC, se están convirtiendo en "meros aceptantes de unas condiciones" en medio de una presión de precios que incide de forma especial sobre ellos.
Favorecer a los agricultores no va contra la libre competencia ahora mismo
Entre los ejemplos de los abusos que sufren los productores, Competencia subraya el intercambio de información entre firmas como Puleva, Pascual o Central Lechera Asturiana para repartirse el mercado de proveedores y poder pactar precios entre las propias compañías lecheras, uno de los expedientes más recientes en España, resuelto por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en 2019. La AVC también hace referencia a los cárteles en el sector del envasado investigados por Bruselas o los pactos de precios en el sector del pescado investigado por el Consejo de la Competencia de Andalucía en Vélez-Málaga.
La AVC aplaude también en su informe las iniciativas emprendidas desde Bruselas para favorecer a los agricultores, exentas de ser consideradas como algo que atente contra la libre competencia, aunque exige que las exenciones agrícolas se incluyan en los reglamentos del Consejo y el Parlamento Europeo y argumenta que solo pueden ser consideradas como algo positivo si se orientan a conseguir los objetivos de la PAC.