Con la inflación ya en doble dígito, el presidente de la Federación vasca del Taxi, Borja Musons, ha solictiado una reunión con el Gobierno autonómico para conocer qué tarifas manejará el sector en 2023. Al tratarse de un sector regulado, la "última palabra" la tendrá Lakua, pero el sector, según ha revelado Musons va a ser pedir una subida de en torno al 13 ó 14% en los precios, que es lo que el presidente de los taxistas vascos prevé que marque el IPC a finales de este mes de agosto.
Al fijarse los precios anualmente, de momento el taxi no ha podido hacer frente al aumento de los precios del combustible. De ahñi que Musons haya reclamado al Gobierno que se haga "responsable" de la subida de precios y permita al sector del taxi tener un trabajo "rentable". Según ha declarado Musons, la Federación ha conseguido algunos descuentos extras para el precio del carburante, pero aun así hay taxistas con recorridos interurbanos que están llegando a pagar entre 200 y 500 euros más al mes si conducen vehículos de combustión.
De ahí que los taxistas pidan una subida del 13%, que es lo que consideran justo teniendo en cuenta la subida de la inflación desde agosto del año pasado sumado al 10,5% que lleva Euskadi de subida interanual. Las exigencias de los taxistas, en cualquier caso, deberán pasar por el Gobierno vasco, que será quien tenga "la última palabra", ha asegurado Musons en declaraciones a Europa Press.