La central nuclear de Garoña ha vuelto a la esfera pública en los últimos días, marcados por el ahorro energético, el cierre del gas ruso a Europa y la aceleración de las energías renovables. En pleno debate sobre la importancia de las energía de transición, VOX en Castilla y León acumula ya varios días pidiendo la reapertura de la central de Garoña, en proceso de desmantelamiento tras su parón en diciembre de 2012 y su cierre definitivo en julio de 2023. La ultraderecha, con presencia en el Gobierno autonómico de la comunidad vecina, ha apostado por retomar este proyecto y este mismo miércoles la Junta de Castilla y León ha dejado en manos de los propietarios de la central -Nuclenor, propiedad de Iberdrola y Endesa- la posibilidad de replantearse su apertura y su viabilidad, que requeriría volver a pasar los trámites legales necesarios para ponerse en marcha.
La respuesta desde Euskadi no ha tardado en llegar en forma de 'Garoña ez, eskerrik asko'. El diputado general de Álava, Ramiro González, ya ha manifestado este miércoles su rechazo a esa hipotética reapertura. Para el máximo dirigente foral "no hay ninguna posibilidad" de que se abra una instalación que, en su opinión, "ya es historia".
El diputado general de Álava, Ramiro González, ha expresado este miércoles su rechazo absoluto a la reapertura de la central nuclear de Garoña como defiende Vox de Castilla y León y ha subrayado que "no hay ninguna posibilidad de que se abra" porque la instalación "ya es historia". En opinión del diputado alavés, la polémica abierta por VOX es una prueba más de que "no es inocuo que la ultraderecha gobierne".
González ha hecho un particular hincapié en el carácter "inoportuno" de la superficie y el "riesgo inaceptable" que supondría reabrir la central ante su proximidad a Vitoria y Bilbao.