Olvidada la aventura para intentar alcanzar la presidencia del Athletic, Ricardo Barkala vuelve a estar volcado en su trabajo en el Puerto de Bilbao. Una labor que tras muchos sinsabores le ha brindado la satisfacción de haber podido sintonizar las frecuencias de empresas y sindicatos de la estiba, dos partes históricamente enfrentadas y que abren un periodo de seis años de paz. Una nueva y larga fase de estabilidad, al menos en lo laboral, que Bilbao quiere aprovechar para recuperar el protagonismo que tenía hace no tanto y que ha perdido en favor de otros puertos españoles.

Y todo apunta a que esta nueva fase va a estar liderada por el propio Barkala, quien pese a sus 67 años no piensa en la jubilación. Concluida sin éxito su apuesta por presidir el Athletic y teniendo en cuenta su edad daba la sensación de que la el portugalujo podría echarse a un lado también como máximo mandatario del puerto, pero no es ese el mensaje que ha querido transmitir en el encuentro con los medios celebrado para poner en valor la firma del nuevo convenio.

El presidente del puerto de Bilbao, Ricardo Barkala / EFE

"Estoy con ganas y fuerzas para seguir", aseguraba el presidente de la Autoridad Portuaria y hacía referencia a la labor de Aurelio Martínez, su homólogo en el puerto valenciano, quien continúa en el cargo a sus 75 años de edad. Ligado al PNV, Barkala es un hombre de partido y de sus declaraciones se intuye que su voluntad es seguir y que solo un mandato de Sabin Etxea para cambiar de rumbo laboral podría generar un relevo en el puerto a corto plazo.

El partido nacionalista ha comenzado ya a configurar sus listas para los comicios locales y forales del próximo mes de mayo y Barkala cuenta con una dilatada experiencia en el Ayuntamiento de Bilbao, pero de momento no parece una carta a jugar en la capital vizcaína, más aun cuando está en duda la continuidad al frente del consistorio de Juan Mari Aburto, de quien ha sido siempre escudero. Por otro lado y aunque la dirección del Puerto de Bilbao es feudo jeltzale, los sillones de los puertos están condicionados también por la voluntad del Gobierno central, con lo que un cambio de color en Moncloa a finales de 2023 también podría suponer un punto de inflexión en la trayectoria del portugalujo, que comenzó en los años ochenta como capitán de la Marina Mercante.

Barkala preside la mesa con Gallego y Guardo, de Bilboestiba, y Ruiz y Urueña de UGT y Coordinadora / CV

Un mandato plagado de sustos

El hecho es que hasta ahora el periplo de Barkala en el Puerto de Bilbao ha sido una carrera de obstáculos. Llegó a la presidencia de la Autoridad Portuaria en julio de 2018 y, al poco de sentarse en su despacho, se desató el Brexit y, poco más tarde, la pandemia de covid. Además ha tenido que enfrentarse a dos conflictos laborales de importantes consecuencias para la actividad portuaria: por un lado la huelga de transportistas autónomos, que en Bilbao se alargó algo más que en otras ciudades portuarias españolas, y por otro el eterno conflicto con los estibadores al que ahora se da carpetazo.

Ambos conflictos han contado con la implicación del político jeltzale, que encara ahora una etapa de más tranquilidad con el objetivo de recuperar los barcos perdidos. Una meta para la que se han conjurado tanto empresas como trabajadores de Santurtzi después de ver cómo la caída de los trabajos ha llegado a poner en peligro la propia continuidad de la actividad. El paso de la sociedad que agrupa a las empresas estibadoras, Bilboestiba, por concurso de acreedores encendió todas las alarmas propiciando ese acuerdo salarial a la baja con la implicación de la mayoría sindical que conforman Coordinadora y UGT.

El Puerto de Bilbao afronta así un periodo que debería ser de bonanza y recuperación de tráficos, con importantes proyectos de expansión en cartera como la electrificación de las instalaciones, las ampliaciones previstas en el espigón central y el muelle AZ1 o la construcción del segundo cargadero de gas anunciado dentro de la batería de medidas para hacer frente a la crisis energética. En ese sentido la instalación portuaria está llamada a jugar también un papel central en todo el proceso de descarbonización industrial de la mano del hidrógeno verde.