Son las cuatro de la tarde. Jueves, calle San Prudencio de Vitoria. Cinco personas -el miércoles eran más de una decena- hacen cola en la puerta de las oficinas comerciales de TotalEnergies. Entre los alaveses que esperan la cola está Marta Aranguren. Tiene 63 años y charla junto al resto de personas que esperan en la puerta de una tienda que está abarrotada dentro. ¿Toda esta cola es por el gas? "Sí, yo he venido para que me expliquen lo de la TUR, que lo he oído por la radio pero quiero que me den un presupuesto".
A su lado espera Laura, algo más joven. Ella no revela su edad, pero sí que ha venido a por lo mismo. En su caso, su visita a TotalEnergies es para preguntar por cómo se puede pedir esa tarifa para su comunidad de vecinos, que está entre las 'malditas' que, en estos tiempos, cuentan con caldera comunitaria.
La tarifa de último recurso (TUR) y el permiso del Gobierno central para extenderla a calderas comunitarias están detrás de esas colas. En Euskadi se estima que hay más de 100.000 familias que viven en edificios con calefacción central y son esas las que más se podrán beneficiar de la decisión del Ejecutivo nacional de extender esta tarifa especial a las comunidades de vecinos. Según la Agencia EFE, a nivel nacional las solicitudes se han duplicado en esta última semana para acogerse a una tarifa que, de acuerdo con las estimaciones de la OCU, puede permitir reducir hasta la mitad o incluso un tercio la tarifa de uno de los bienes -si no el que más- se ha encarecido desde el comienzo de la guerra en Ucrania.
La tarifa, a la que se puede acceder si la presión del gas es inferior a 4 bares y se tiene un consumo inferior a los 50.000 KWh al año, no es un asunto ajeno a Euskadi. La comunidad autónoma fue una de las primeras que debatió ya el pasado invierno sobre la situación de las calderas comunitarias con iniciativas de EH Bildu en el Parlamento vasco y ayuntamientos como el de Vitoria ya en la pasada primavera que no salieron adelante.
Tarifas hasta cuatro veces más baratas
Ahora, meses después, se acumulan los interesados en acceder a este mercado, que presenta dos grandes ventajas. La primera y más evidente, el precio, muy inferior al del mercado libre. Las tarifas fijadas por el Gobierno -han sido revisadas este mismo mes y ya no se tocarán hasta enero- ahora mismo cobran a en torno a seis céntimos el KWh de gas según los tramos de consumo. Sin embargo, las empresas en el mercado libre están ofertando paquetes que van desde los 16 hasta los 25 céntimos por cada kilovatio hora.
La segunda ventaja es que la TUR no tiene compromisos de permanencia. Una vez el gas en el mercado libre esté más barato, el consumidor que lo desee puede volver a ese mercado y abandonar la tarifa regulada. En España, la tarifa de último recurso solo la pueden ofrecer cuatro empresas designadas por el Ministerio de Industria: Naturgy, Iberdrola, Endesa y TotalEnergies y de ahí que las colas se formen en los establecimientos de esas empresas y no de otras que se dediquen al sector energético: el resto no pueden ofertar la TUR.
Hasta un 60% más de consultas en asociaciones de consumidores
Hasta que el Gobierno no amplió la posibilidad de recurrir a esta oferta a las comunidades de vecinos solo las podían pedir los particulares. De ahí que entidades como la Asociación de Personas Consumidoras y Usuarias Vasca (EKA/ACUV) hayan valorado tan positivamente esta extensión. Ander Cornejo es uno de sus portavoces y reconoce el paso dado por el Ejecutivo como una buena medida que podría suponer un ahorro de más de cien euros por familia. "Hay familias que han pasado de pagar unos 50-60 euros a superar los 150; así que la extensión de la TUR es una buena medida para nosotros".
El gas ha sido el principal motivo de llamadas a esta asociación durante estos últimos meses, que han visto como los teléfonos de ACUV han sonado en torno a un 60% más que el año. "Nos ha llamado muchísima gente para preguntar por el aumento de precios de sus facturas del gas, pero también para plantearnos consultas sobre el mercado regulado o sobre el propio paso de cambiar de tarifa".
Aunque la medida es positiva, Cornejo cree que esto no puede ser una excusa para dejar de aplicar políticas de eficiencia energética en casa: "Hay que ser responsables, jugar un papel activo como consumidores y seguir adoptando hábitos de reducción de consumo, de gasto en horas valle...", concluye.