La Corporación Mondragon, la gran cooperativa vasca, vive un nuevo terremoto interno al conocerse que Ulma va a consultar a los socios si continúa o no en el marco del grupo. La compañía con sede en Oñati es en realidad un conglomerado de más de media docena de empresas independientes, lo que apunta a un proceso de salida, en caso de producirse, sumamente complejo. Ulma sigue los pasos de la compañía de ascensores Orona, que también va a preguntar a sus socios si siguen o no dentro de Mondragon.
Discrepancias con la Corporación Mondragon habrían llevado al consejo de Ulma a plantear un proceso de consulta a sus socios similar al de Orona, según ha adelantado Eitb y ha podido confirmar Crónica Vasca. Se trata en todo caso de dos situaciones completamente diferentes, señalan a este medio fuentes conocedoras de la realidad de ambas cooperativas, que apuntan a un proceso sumamente complejo en el caso de una hipotética salida de Ulma debido a la propia complejidad interna del grupo.
En primer lugar cada compañía dentro de Ulma (el grupo guipuzcoano se dedica a actividades tan diversas como construcción, forja, packaging o manutención) deberá abordar su propio proceso de información y consulta a los socios, pudiéndose producir decisiones en sentido divergente. Y señalan además a una cuestión tan delicada como la marca, que en ese caso podría permanecer en el seno de Mondragon obligando a un cambio a aquellas que abandonen el marco del gigante de Arrasate. Esta fue una cuestión muy polémica en su momento cuando quebró Fagor Electrodomésticos y estos procesos de salida podrían revivir conflictos similares.
A comienzos de este año el Gobierno vasco anunciaba 7 millones de inversión en el grupo Ulma a través del Instituto Vasco de Finanzas con el objetivo de "reforzar fondos propios" de las sociedades cooperativas.
En cambio en relación a Orona estas fuentes apuntan a que su solvencia y buenos números pueden ser respaldo suficiente como para forzar una salida limpia. En ambos casos se trata de procesos largos en el tiempo que irán anticipados de procesos informativos antes de acometerse las votaciones. El salto a la luz pública tanto en el caso de Orona como de Ulma ha generado una gran sorpresa en la Corporación y en el seno de las propias compañías y de hecho la mayoría de trabajadores-socios han tenido noticia de estos movimientos que les afectan directamente por los medios de comunicación.